domingo, 2 de marzo de 2014

Erik Satie: "Tres piezas en forma de pera"



El compositor francés Erik Satie, creador de un arte abiertamente satírico si bien algo modesto según algunos, abandonó el conservatorio de París en 1886 después de siete años de estudio sin haberse hecho merecedor de ningún premio. Es más, un profesor lo calificó de "estudiante talentoso pero indolente". 
Sin embargo, dos años después componía sus célebres Gymnopedies, y al año siguiente, las no menos celebradas Gnossiennes, breves piezas para piano evocadoras de una atmósfera singular mediante recursos estilísticos de sorprendente simpleza, aunque con un tratamiento armónico original que llamó la atención de su amigo Debussy, a quien había conocido en un cabaret parisino.

Pianista en el Chat Noir
Sí. Porque luego de abandonar el conservatorio, el joven Satie decidió ganarse la vida como pianista de cabaret, y a los 21 años entró a trabajar en el cabaret Chat Noir, interpretando melodías populares y acompañando en el canto a parroquianos entusiastas, algunos de ellos célebres o en vías de serlo, como Maupassant, o Verlaine. Pero su carácter atrabiliario le jugó en contra y al poco tiempo tuvo que abandonar el Chat Noir de manera poco elegante.

Pianista en L'Auberge du Clou
No por ello renunció a su oficio, y muy pronto encontró trabajo en un establecimiento similar, L'auberge du clou, donde permaneció varios años y tuvo la suerte de conocer a Claude Debussy, cuatro años mayor que él y músico ya de cierto renombre. Debussy aplaudió las armonías de este joven irreverente (y aprendió de ellas, según se cuenta) pero algunos años más tarde se sintió en la obligación de reclamar a Satie su descuido en el tratamiento de las formas musicales.



Tres piezas en forma de pera
Erik no olvidó la sugerencia y en 1903 recopiló piezas compuestas desde 1890 hasta ese año, a las que agregó un par de páginas de reciente creación para conformar una obra para piano a cuatro manos que tituló "Tres piezas en forma de pera". Muy en vena con su irreverencia, las piezas no son tres ni menos tienen forma de pera. Era uno de sus primeros títulos delirantes. Ya vendrán Embriones disecados, de 1913, Cosas vistas a derecha e izquierda (sin gafas) de 1914, y Sonatina burocrática, de 1917, por nombrar algunas. 

La versión es de las pianistas venezolanas Laura Silva y Marinés Rodríguez.


La obra (que recomiendo escuchar con audífonos) la conforman los siguientes siete trozos:
00:00  Manière de commencement
03:41  Prolongement du même
03:59  Morceaux I  Lentement
05:17  Morceaux II  Enlève
08:10  Morceaux III  Brutal
10:25  En plus
12:50  Redite

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6 comentarios :

  1. Recuerdo las empanadas de pera que hacía mi abuela.

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  2. Anónimo 1 tu comentario de empandas es estúpido, en fin, tu vida ha de ser miserable.

    Larga vida a Satie.

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  3. ¿Existen las empanadas de pera? :O wow... este mundo y sus genialidades. <3

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  4. Hola, Max: Creo que sí, existieron, en el sur de Chile, el siglo pasado. Fueron extinguidas. Gustaban mucho. Saludos y gracias por el comentario.

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  5. Gracias por el apunte y por el cariño que destila hacia esta figura inmensa de la música y de la libre creación

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    Respuestas
    1. Hola, Ricardo: Gracias a ti por el comentario. Saludos.

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