viernes, 31 de enero de 2020

Beethoven. Sonata No 6, opus 10 No 2


Las tres sonatas para piano del opus 10 (de 1798) las dedicó Beethoven a la condesa Anna Margaret von Browne, esposa de un general del ejército imperial ruso que devino conde, quien se distinguirá como mecenas de Beethoven en Viena. Los Browne ya habían tenido el honor de recibir una dedicatoria del joven maestro. En esa oportunidad, retribuyeron la distinción obsequiándole un caballo.
Tras digerir la sorpresa, Beethoven montó en él en un par de ocasiones y luego se olvidó completamente del obsequio, circunstancia que su criado aprovechó para alquilar el equino en su propio provecho cuantas veces quiso.


La anécdota da cuenta del ambiente cultural y musical que Beethoven encontró en Viena, adonde había llegado en 1792, cuando contaba veintidós años. La ciudad ya era la capital musical de Europa, edificada sobre la base de una economía floreciente y el patronazgo de la aristocracia. Era un ambiente muy competitivo, desde luego. Los pianistas/compositores (roles indistintos) debían rivalizar por la disputa de los favores financieros de los nobles benefactores, cuyos nombres quedaban así inscritos para siempre en las obras de los grandes maestros.

Para el final de la década de 1790, Beethoven ya era reconocido como el más importante virtuoso del piano en Viena, posición que, por cierto, debía defender, pues la competencia era poco menos que despiadada. Las virtudes pianísticas mostradas en las improvisaciones en cualquier salón aristocrático eran rápidamente imitadas por otros colegas. Asimismo, la obras debía publicarse con prontitud para asegurar su proveniencia y, al mismo tiempo, para dar a conocer a una audiencia culta los nuevos logros estilísticos y técnicos a los que el compositor había accedido.
En suma, había que esforzarse mucho, aunque tales empeños fueran recompensados a veces con un regalo que no estaba a la altura de la grandeza del artista homenajeado.

Sonata No 6, opus 10 No 2
Está estructurada en tres movimientos pero ninguno de ellos califica como "movimiento lento", aunque esto no será inusual en el Beethoven futuro. Es la más breve (aproximadamente 14 minutos) de las tres sonatas que conforman el opus  (No 5 y No 7, las restantes) y ha sido considerada también como la menos importante del grupo. Aún así, contiene la belleza sencilla (no exenta de humor, según los estudiosos) de las obras primeras que auguran ya la maestría del compositor maduro.

Movimientos
00:00  Allegro
05:28  Allegretto
10:11  Presto

La versión es de la pianista ucraniana Valentina Lisitsa, en un estudio de grabación.

viernes, 24 de enero de 2020

Sarasate: Danza "Navarra", violín y piano


En junio de 1857, el niño genio Pablo de Sarasate se encontraba en París estudiando en el Conservatorio, gracias a las afortunadas diligencias de una condesa española. Tenía trece años. Tras apenas un año y medio de estudios, había obtenido el codiciado Primer Premio en violín, luego de presentarse brillantemente en un concierto público, requisito indispensable para optar al premio.
La Gazette Musical de París describió así el concierto:
"Setenta violinistas subieron al escenario, entre ellos el joven español Sarasate... Este niño no solo toca el violín como un maestro, sino que es él mismo tan musical como la música misma..."

Fue el inicio de una brillante carrera. En la década de 1870, Sarasate adulto se presentó en los escenarios más importantes de Europa, Escandinavia, Norte y Sudamérica, ganándose el aplauso de todo aquel público con su increíble virtuosismo.

Pablo de Sarasate (1844 - 1908)
Por lo general, Sarasate se presentaba con obras escritas especialmente para él por otros compositores (digamos la Sinfonía Española, de Lalo, o el Rondó Capriccioso de Saint-Säens) pero tampoco estaban ausentes algunas de las 54 obras con número de opus que escribió durante su vida, desplegando en todas ellas su impresionante virtuosismo, que con los aires y danzas del folklore español llegaba a extremos inauditos.

Navarra, opus 33
Los aires españoles más conocidos e interpretados de Sarasate son sus Ocho Danzas Españolas de los opus 21, 22, 23 y 26, publicadas de dos en dos entre 1878 y 1882. Pero el Opus 33, de 1889, tiene también algo que decirnos.
El Opus 33 contiene una única pieza, "Navarra", un tributo a la región donde nació, una suerte de "jota" compuesta para dos violines y orquesta, aunque, como de costumbre, también se estila acompañarla con piano.
Es una danza rápida de pasos intrincados, usualmente escrita en 3/8 y originaria del norte de España, cuyo espíritu y vitalidad rítmica Sarasate supo capturar de manera brillante.

La versión es de los notables violinistas Paul Huang y Danbi Um, acompañados al piano por Orion Weiss.

lunes, 20 de enero de 2020

Wagner: El Ocaso de los Dioses, Finale


Más de un cuarto de siglo le tomó a Richard Wagner completar su obra más ambiciosa, la tetralogía de El Anillo del Nibelungo. Los primeros pasos (modestos, en el sentido de que no contemplaban para nada la escritura de cuatro óperas) los dio en 1848 cuando Europa convulsionaba. Los últimos, en 1874, en la paz y serenidad de Wahnfried, la villa que se hizo construir en Bayreuth.
Entretanto, coqueteó con el anarquismo, se casó, se enamoró de la mujer de su protector, vivió años miserables en varias ciudades de Europa, se separó de su mujer, arrancó de Viena para evitar ser arrestado por deudas, conoció al jovencísimo rey gay Luis II de Baviera, estrenó Tristán e Isolda, enviudó, y se casó con Cósima Liszt. Así llegó 1876, cuando estrenó en Bayreuth la tetralogía completa, del 13 al 17 de agosto de ese año.


El ciclo de cuatro óperas de carácter épico basadas en episodios de la mitología germana incluye las obras "El Oro del Rin", "La Valquiria", "Sigfrido" y "El Ocaso de los Dioses". Ese es el orden cronológico que tomó su estreno, pero no la secuencia en que fueron escritas.
Así, "El Ocaso...", la última, fue la primera en ser concebida. Wagner, autor de sus propios libretos, trabajó primero con la historia de Sigfrido, el típico héroe wagneriano, que víctima de su propia grandeza termina muerto.

Richard Wagner (1813 - 1883)
La construcción de la saga 
Con Sigfrido muerto, Wagner consideró que necesitaba contar la historia previa, la juventud de Sigfrido. Se llamó "El joven Sigfrido" (posteriormente, solo Sigfrido). Después, adicionó la historia de la concepción de Sigfrido y otros avatares (La Valquiria). Por último, decidió que necesitaba un preludio que contara la historia del oro del Rin y la creación del anillo (El Oro del Rin). Construida así la saga, Wagner estimó que la historia de la muerte de Sigfrido, la primera que surgió, era la que cerraba el ciclo, pues también morían los dioses. La llamó, entonces, "El Ocaso de los Dioses".

El "Ocaso de los Dioses" narra la historia de cómo el anillo maldito hecho con oro robado al Rin por un enano (Alberich, un "nibelungo"), llevará a la trágica muerte de Sigfrido; y también la inmolación de Brunilda, la Valquiria. Tras la muerte y cremación de ella junto su amado Sigfrido, sus cuerpos arden y expían la maldición del anillo del Nibelungo, recayendo entonces en el Valhalla, la morada de los dioses, donde moraba Wotan, y que arderá dejando al mundo sin la tiranía de los dioses. Ya con los dioses del Valhalla muertos, la humanidad habrá sido liberada por la voluntad pura de su héroe y heroína, Sigfrido y Brunilda.

Ocaso de los Dioses - Finale
A diferencia del libreto, la música del ciclo fue escrita siguiendo el orden que hoy conocemos. En la última página, Wagner agregó una pequeña nota:
"Completado en Wahnfried el 21 de noviembre de 1874. ¡¡No diré nada más!! RW."
La obra está estructurada en tres actos y un prólogo. Su extensión va poco más allá de las cuatro horas, que finalizan con un remate sinfónico que reúne todos los "leitmotiv" relevantes.
Se presenta aquí este Finale en grabación de 1989, con la Filarmónica de Nueva York dirigida por Zubin Mehta.

viernes, 3 de enero de 2020

Beethoven 250 años, Sonatas WoO 47


Como se sabe, este año 2020 se celebrarán en todo el mundo los 250 años del nacimiento del maestro de maestros, Ludwig van Beethoven, llegado a este mundo en Bonn probablemente el 16 de diciembre de 1770. Y decimos "probablemente" puesto que la única fecha cierta que conocemos es la de su bautizo, que tuvo lugar el 17 de diciembre. Incluso, es posible que haya nacido algunos días antes, si recordamos que Johann, el padre de Ludwig, acostumbraba saludar los buenos momentos (también los malos) con abundante alcohol. Si así lo hizo para el nacimiento de su segundo vástago (el primero, muerto de seis días), puede que haya necesitado un par de días para recuperarse y organizar el bautizo debidamente.
En fin.


Y a propósito. A raíz de los festejos, nos hemos enterado que en la Bundeskunsthalle, el gran museo federal de Bonn, existe un memorando de 1784 que reseña a algunos miembros de la capilla de la corte, donde Johann cantaba, en la tesitura de tenor. Johann aparece descrito como "de voz muy gastada", señalando además su condición social como "muy pobre".
Páginas más adelante, el mismo Ludwig aparece señalado como suplente del organista cuando éste se ausentaba. No se especifica remuneración alguna. Suponemos que no la había.
Pero en compensación a tal abuso de aquellos tiempos, el documento lo califica de músico capaz, "aún joven" y, como era de esperarse, también se le distingue como "pobre".

Ocho años más tarde, el 2 de noviembre de 1792, a las seis de la mañana, Beethoven viajará a Viena, donde residirá el resto de su vida, sin regresar a Bonn, nunca. Entre muchos otros, lo despedirá el conde Ferdinand von Waldstein, quien escribirá en el "cuaderno de viaje" de Ludwig:
"Querido Beethoven: Va usted a Viena para realizar un deseo expresado hace ya tiempo. El genio de Mozart todavía está de luto y llora la muerte de su discípulo. Encuentra un refugio, aunque no su plenitud, en el inagotable Haydn. A través de él desea todavía unirse a alguien. Con su incesante aplicación, reciba de las manos de Haydn el espíritu de Mozart."
Bonn, 29 de octubre de 1792.                                   Su sincero amigo, Waldstein
Claro está, el maestro no tenía intención de recibir el espíritu de nadie, si bien en Viena estudiará con algunos maestros, entre ellos Salieri, el presunto "envenenador" de Mozart. Pero, consultado más tarde de qué fuentes había bebido, el maestro de maestros responderá, ufano: "Soy alumno de Sócrates, y de Jesucristo".

Sonatas WoO 47
Las tres tempranísimas sonatas para piano WoO 47 (Werk ohne Opuszahl: Obras Sin número de Opus) fueron compuestas entre 1782 y 1783, cuando Beethoven era un niño de doce y trece años. Por ello, no les asignó número de opus, porque no sabía que ese cometido formaría parte de su futuro oficio.
Dedicadas al Elector (Kurfürst) de Colonia, son también conocidas como Kurfürstensonaten.
La inclusión de estas tres sonatas eleva el corpus sonatístico de Beethoven a un total de 35 sonatas.
Desde luego, son tributarias de la obra de Haydn y Clementi. Y –está demás decirlo– prefiguran al genio de las 32 obras maestras contenidas en el canon usual.

Este modesto blog inicia las celebraciones del natalicio con las tres sonatas de este "opus" en versión de dos jóvenes pianistas chinos. Zuja Huang, de 12 años al momento del video, a cargo de las sonatas Nos 1 y 2, y una niña innominada a cargo de la tercera.

Movimientos
Sonata No 1 en Mi bemol (duración: 8 minutos)
– Allegro cantabile
– Andante
– Rondo vivace

Sonata No 2 en Fa menor (duración: 9 minutos)
– Larghetto maestoso – Allegro assai
– Andante
– Presto

 

Sonata No 3 en Re mayor (diez minutos)
– Allegro
– Menuetto – Sostenuto
– Scherzando: Allegretto, ma non troppo