sábado, 2 de julio de 2011

Chopin: Vals opus 34 N° 1


Afueras de Dresde, c. 1830

Luego de despedirse de la familia Wodzinsky en Dresde, y ya rumbo a París, Chopin se desvió hacia Leipzig para hacer una breve visita a un par de amigos y colegas: Schumann y Mendelssohn. Con ello, dio tiempo a que se materializara un acontecimiento más, de carácter afectivo, que terminó por rebasar de dicha ese año de 1835. Una carta de Maria Wodzinska lo esperaba hacía largo rato, en París. Una nota muy afectuosa, casi tierna:

"¡¡Cómo lo echamos de menos!! Mis hermanos están abatidos... Mamá sólo habla conmigo de usted... Mamá, mi padre y mis hermanos lo abrazan tiernamente... Ha olvidado aquí el lápiz, lo guardamos respetuosamente, como una reliquia... ¡Adiós!"

Marienbad y Dresde
Las manifestaciones de cariño de mamá Wodzinska y de María no pararon a lo largo del invierno. Fue así como el verano del año siguiente Frédéric se encontró disfrutando nuevamente de la temporada estival en compañía de los Wodzinsky. Pero esta vez no fue una semana sino casi dos meses los que compartió con ellos, primero en Marienbad y luego en Dresde, con lo que las ocasiones de estar juntos se multiplicaron. Largas caminatas por los alrededores terminaron por acercar a Maria y Frédéric definitivamente.
La antevíspera de su partida, Frédéric recibió el sí de Maria, ante su propuesta de matrimonio. La víspera, otro sí de la condesa Wodzinska, que solicitó mantener el compromiso en secreto hasta encontrar la ocasión de informar a su marido.

Tres días después de la partida, y junto con enviarle unas pantuflas bordadas por ella, Maria agregó una posdata a la carta de un hermano:

"...No podemos consolarnos de su partida... ¿Le ocurre a usted lo mismo? ¿Extraña un poco a sus amigos? Respondo por Ud: que sí.  ...Tengo necesidad de creerlo así... Adiós. Hasta pronto. Ah! si eso pudiese ser lo antes posible!"

Chopin se repite el plato. Otro año, dichoso, está por concretarse.


Vals brillante en La bemol
Durante las tres semanas que pasó en Karlsbad en compañía de sus padres, el verano anterior, Chopin compuso una mazurca, una polonesa y un delicioso vals: el vals en La bemol, opus 34 N° 1.
La versión es del pianista chino Lang Lang.



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