domingo, 28 de junio de 2015

Liszt: Estudios trascendentales - Mazeppa



La consagración de Franz Liszt a la tarea de componer un ciclo de doce estudios para piano le tomó un tiempo largo, alrededor de 26 años. Bien es cierto que comenzó bastante joven, pues su primera aproximación data de la época en que tenía como alumna a la condesa Carolyne de Saint-Cricq, su primer y fallido amor. Liszt tenía por entonces 15 años, y decidió imitar los estudios en serie que eran corriente por esos días. En ellos, pese a su sencillez, se observa la simiente de su producción posterior.

Una segunda versión
Una revisión de los doce estudios originales, data de 1837. Liszt estaba en la cúspide de su fama como virtuoso del piano, y por lo mismo, las piezas muestran una considerable intensificación de las dificultades técnicas, al punto que su colega Robert Schumann anotó que sólo un puñado de pianistas estaría en condiciones de interpretarlas satisfactoriamente.

Tercera versión
Franz Liszt (1811 - 1886)
La tercera y última versión es la que conocemos hoy con el título de Estudios Trascendentales, publicados en París como Études d'exécution Trascendante, en 1852, y dedicados a su maestro Carl Czerny. Quizá movido por la percepción de Schumann, en esta versión el maestro decidió alivianar un poco la carga de exigencias virtuosísticas, liberando los Études del exceso de pirotecnia de la versión de 1837, y sumando, en su provecho, más valores musicales.
Es la versión que se interpreta en nuestros días y, desde luego, los doce trozos continúan siendo un enorme desafío para los intérpretes.

Estudio N° 4 en re menor, "Mazeppa"
El Estudio N° 4, uno de los más exigentes, está inspirado en un poema de Victor Hugo, Mazeppa. El poema narra la historia de Iván Mazeppa, un noble cosaco que seduce a una dama también noble, pero polaca. Como castigo, es atado desnudo a un caballo salvaje que lo lleva hasta Ucrania adonde llega vivo milagrosamente. Luego de ser liberado por sus pares cosacos, es nombrado su monarca, en reconocimiento a tal proeza.
La obra, que intenta reflejar musicalmente el desbocado galope del caballo y el consiguiente sufrimiento del osado Mazeppa, suma a sus exigencias técnicas una inusual digitación propuesta por Liszt, con el propósito punzante de lograr ya sea el staccato –o el legato– precisos.

(En 1851, Liszt volverá a recrear la historia, con el mismo título, pero esta vez como parte de su ciclo de trece poemas sinfónicos, compuestos durante su estancia en Weimar.)

La versión es del excelente pianista francés Emmanuel Despax.


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