sábado, 20 de agosto de 2011

Tchaikovski: Concierto para violín


Piotr Ilich Tchaikovski. Fotografía de 1878, año de la composición
del concierto para violín y orquesta

Piotr Ilich y Antonina
En el mes de marzo de 1877, el genial compositor ruso Piotr Ilich Tchaikovski recibió una carta de una desconocida en que le hacía saber la profunda admiración que tenía por su obra. Luego le siguieron otras, cada vez más apasionadas. El compositor, de 37 años, ya contaba con una carrera definitivamente consolidada, así que las cartas de admiradores no lo ponían loco: su recepción se había vuelto un hecho casi cotidiano.

Piotr Ilich, de naturaleza sensible, con tendencia a la depresión y sujeto de crisis nerviosas recurrentes, no se animaba sin embargo a contactarse con la desconocida. Y no se trataba de temor a las habladurías pues la sociedad moscovita en la que se desenvolvía por esos años hacía rato que comentaba sotto voce, a veces ácidamente, algunas conductas del maestro que consideraba escandalosas. El autor que ese mismo año iba a regalar a la burguesía y aristocracia rusas el ballet más popular de la historia, El Lago de los Cisnes, estaba a un paso de ver su virilidad derechamente cuestionada.

Por eso mismo, finalmente, es que dio el paso. Piotr Ilich terminó conociendo a Antonina Milyukova, que resultó ser una joven mujer de 28 años, medianamente educada y de facciones agradables y sonrisa fácil. Piotr Ilich dio entonces el otro paso. Apenas cuatro meses después de recibida la primera carta de su admiradora desconocida, Antonina y Piotr Ilich contrajeron matrimonio. El compositor tomó a Antonina como esposa y, de pasada, como muro de contención contra el avance de los rumores que alentaban la sospecha de una inclinación sexual impropia.

La decisión tuvo resultados desastrosos. Durante dos interminables meses, Piotr Ilich no fue capaz de acercarse al lecho conyugal, no tuvo fuerzas para ello y el matrimonio se acabó ahí mismo. Decidieron separarse, sin rencores.
El compositor cayó en una depresión de tal magnitud que estuvo a punto de llevarlo al suicidio. Antonina, por su parte, volvió a enviar cartas a otras celebridades a las que les mentía, como a Piotr Ilich, sobre su origen noble, y de quienes terminaba siempre enamorándose. Antonina también tenía lo suyo y terminó sus días en un asilo para enfermos mentales.



Concierto para violín - Primer movimiento
El concierto para violín de Piotr Ilich Tchaikovski fue compuesto en marzo del año siguiente, exactamente un año después de la primera carta de Antonina, en un balneario a orillas de un lago, en Suiza, adonde habia ido a recuperarse de la depresión. La obra, estructurada en tres movimientos, fue rechazada en principio incluso por grandes virtuosos que consideraron que presentaba dificultades insuperables para la época.
El primer movimiento dura aproximadamente 20 minutos. [Concierto completo con guía de audición, aquí]. La versión abreviada que aquí se presenta corresponde a la película Carnegie Hall, de 1947, con la participación de uno de los violinistas más notables del siglo XX, el maestro lituano Jascha Heifetz, que en el film se interpreta a sí mismo.
La película franco-rusa, más reciente, El Concierto, hace lo mismo y presenta como escena final un mixture del primer y tercer movimientos, con una orquesta algo desastrosa (respondiendo a la trama) que felizmente termina por afiatarse.



Amigo visitante:
Si te gustó el artículo, mucho te agradecemos si lo compartes, o lo recomiendas en Google

11 comentarios :

  1. que interesante es tu blog Dago!!!
    me pondré al día de todo lo que has subido
    Me gusta mucho
    un abrazo
    Leo

    ResponderEliminar
  2. Qué regalo me has dado, Dago: la maestría de Heifetz y la genialidad de Tchaikowsky. Además, qué hermosas tomas del video. Te felicito por lo que estás haciendo primito. Te envío un gran abrazo y espero verte esta tarde en el Tibuo a Oscar, tu profe. Carmen Pía Gacitúa

    ResponderEliminar
  3. Otra vez aciertas Dago mío! Sabías que Jascha estuvo en Chile? A ver si averiguas los detalles y lo pones en tu portal…
    Con un abrazo desde Oxford,
    Enrique

    ResponderEliminar
  4. Leo: Me alegro montones de que te guste. Pa eso está hecho: pa gozar con la música... y los textos, de pasadita.
    Gracias por tu comentario.

    ResponderEliminar
  5. Carmen Díaz: Agradezco que lo tomes como un regalo. Es una palabra grande. Gracias por tu comentario. Nos vemos mañana, adonde Michio.

    ResponderEliminar
  6. Henry:
    Ni idea. Súper curioso, porque como gran cosa nos visitaba Arrau. Habrá que bucear bastante pa encontrar alguna noticia de ello. Quién sabe, a lo mejor es verdad que Google se las sabe todas.
    Gracias por tu comentario.

    ResponderEliminar
  7. Además de su virtuosidad, puchas que era mino Piotr Ilich. No estoy ni ahí con los rumores sobre una supuesta inclinación sexual impropia de Piotr. Pa' mi que fue una campaña orquestada por el comunismo internacional... ¿O no existía todavia? Entonces, de los zares.. Pero que alguien trató de desprestigiar a este mijito rico, no cabe duda..

    ResponderEliminar
  8. Qué hermosura, Dago!! Me acordé que terminamos con un nudo en la garganta cuando vimos El Concierto en El biógrafo. Besitos y nos vemos el miércoles.

    ResponderEliminar
  9. A Anónimo: El muchacho es buen mozo, no cabe duda. Sugiero, sn embargo, que orientes tus esfuerzos a deleitarte con la música, como por ejemplo hace Queca, más abajo. Gracias por tu comentario.

    ResponderEliminar
  10. Quequita!! Como siempre, mi comentarista infaltable. Te cuento que el video de El Concierto con la misma versión abreviada está en Yt pero contiene escenas de la película que explican la historia que se está contando. Si alguien no ha visto la película, enterarse de lo que pasa mediante el video, no tiene gracia. Idem por comentar.

    ResponderEliminar
  11. Acabo de agregar la versión de la película El Concierto. Ya ha pasado tiempo para que "todo el mundo" haya visto la película.

    ResponderEliminar

Deja aquí tus impresiones, por sencillas que sean. Tu opinión siempre será bienvenida.