lunes, 28 de julio de 2014

Jean Sibelius: Valse Triste



Nacido el 8 de diciembre de 1865 en la ciudad provinciana de Hämeenlinna, el más importante compositor finlandés de todos los tiempos fue bautizado como Johan Julius Christian Sibelius, pero a los 21 años decidió afrancesar su nombre. Hacía poco había abandonado los estudios de derecho en contra de la opinión familiar, y decidido seguir el impulso de su vocación musical temprana. Apostando al futuro por la internacionalización de su carrera, de ahí en adelante se llamó Jean.

Jean Sibelius (1865 - 1957)
No le faltaba razón a Jean Sibelius. En 1892, su poema sinfónico Kullervo le otorgó un lugar en la escena musical de su país al tiempo que advertía al mundo que una nueva voz asomaba desde el norte de Europa.
El éxito no lo deslumbró pero le dio la suficiente confianza como para decidir formar un hogar.
Ese mismo año contrajo matrimonio con Aino, hermana del compositor y director Armas Järnefelt, quien había introducido a Sibelius en la familia, la que contaba también con un hijo escritor, Arvid.

Vals Triste, opus 44 n° 1
En 1903, Arvid solicitó a su cuñado Jean la composición de la música incidental para una obra de teatro llamada "Muerte" (Kuolema). La obra, de profunda penetración psicológica como era de esperarse, se estrenó en diciembre de ese año, unida a las seis piezas orquestales que Sibelius escribió para ella.
La primera pieza se titulaba Tempo de valse lente - Poco risoluto. Al año siguiente, Sibelius la revisó y estrenó como pieza de concierto con el nombre de Valse Triste. Su éxito fue inmediato, hasta hoy.

Nada mejor que los primeros compases de esta pieza para confirmar el aserto de que Sibelius es capaz de establecer en pocos segundos un mundo sonoro enteramente propio. Luego de una sección media más viva, un final sombrío clausurará la pieza con tres acordes ominosos.

La versión es de la Estonian Festival Orchestra, dirigida por Paavo Järvi.


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5 comentarios :

  1. Lamento que la música de Bach sirva de soporte para la imagen culta de un psicópata asesino come humanos. Son las defecaciones a que unos cuantos cineastas, también enfermos, nos han acostumbrado. Pero que un amante de su música lo destaque como un hecho de la causa me da mucha pena. El mal uso de las obras de los clásicos debiera ser perseguida y no celebrada.

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  2. Desde Uruguay, donde se consigue poca música para comprar, valoramos mucho vuestro generoso e inteligente trabajo, Gracias!!!!!!!

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  3. Hola, Mari: Gracias a ti, por tu generoso comentario. Saludos al Uruguay (a Montevideo, más bien, que es lo único que conozco).

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  4. Gracias por la valiosa información

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