sábado, 29 de diciembre de 2012

Mozart: Concierto para clarinete (I)



Si no fuera porque Christoph Gluck, el anciano compositor de la corte imperial de Viena, ya muy enfermo, tuvo la deferencia de abandonar este mundo en noviembre de 1787, muy cuesta arriba habría sido para Mozart a quien solo le quedaban cuatro años de vida conseguir el anhelado puesto para el cual fue elegido, en reemplazo de Gluck, aunque con un salario bastante inferior al que el anciano muerto gozó en vida.

La paga apenas cubría el alquiler de la vivienda, y al año siguiente Amadeus y Constanza tuvieron que mudarse con Karl, el hijo sobreviviente, a las afueras de Viena, a una casa más modesta, para disminuir los gastos. No fue una idea muy acertada. La lejanía con el centro social y cultural de Viena desalentó a los pocos alumnos con que Wolfgang contaba, con lo que disminuyó aún más el ingreso familiar. Para colmo, Constanza, si no estaba embarazada, estaba enferma, y había que afrontar el costo de sus frecuentes viajes a las termas de Baden, donde pasaba semanas, aliviando su salud debilitada por sus muchos embarazos.

De modo que, al poco tiempo, los Mozart decidieron regresar a Viena, aunque los ingresos no mejoraron. Pocos alumnos tenía Wolfgang, y sus conciertos, que en un tiempo habían congregado a grandes audiencias, ya no eran populares. El veleidoso gusto vienés había cambiado, y con ello, el ánimo de Mozart. Tenía 33 años y a diferencia de muchos de sus colegas que a esa edad habían logrado alguna estabilidad financiera, Wolfgang estaba más pobre de lo que nunca había sido.

Pero Mozart era un optimista incorregible. Decidió acudir a sus amigos, solicitándoles dinero en préstamo, en la seguridad de que su suerte tenía que cambiar. No estaba equivocado. Además del concierto para clarinete, todavía le faltaba por componer, por nombrar algo, Cossi fan tutte La Flauta Mágica.

...continuará...


Concierto para clarinete en la mayor, K.622
Mozart es uno de los escasos compositores que llevaron un registro de sus obras en vida, si bien lo comenzó sólo en 1784. Este catálogo presenta como las dos últimas entradas el concierto para clarinete y una cantata masónica.
Compuesto apenas dos meses antes de su muerte, y estrenado en Praga en octubre de 1791, el concierto para clarinete está estructurado a la manera clásica, con los tres movimientos habituales: rápido, lento, rápido.
- Allegro (ruego disculpar su comienzo abrupto)
- Adagio
- Rondó - Allegro.
Escuchamos aquí el primer movimiento, a cargo del solista de origen sueco, Martin Fröst, acompañado por la Saarbrücken Radio Orchestra, dirigida por Christoph Poppen.

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5 comentarios :

  1. No soporto a Mozart. Carmen Pía G.

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  2. Mozart.....lo mas grande, lo mas genial, lo mas optimista.........gracias Dago, que buen regalo de navidad, y el clarinte....el mas bello instrumento de la orquesta.
    Viva la diversidad.......en lo musical

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  3. Bieeen, Jaimito. Muchas gracias por tu comentario. Y viva la diversidad!! ¡Y el clarinete!

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