lunes, 17 de octubre de 2016

Thalberg: Gran Fantasia para piano


A principios de 1800, quienes asistían a conciertos eran en su mayoría profesionales de la música o aficionados muy enterados. Pero no pasó mucho tiempo antes de que una emergente clase media se moviera en esa dirección. Es una época en que la música está yendo más allá de las cortes y las iglesias. Por ello, emergen las revistas especializadas, la crítica musical, y aumenta la publicación de música impresa. Se ensancha así el horizonte cultural de la clase media que, un buen día, decidió que también quería ir a los conciertos.


Nueva audiencia, nuevos músicos
Y para ese nuevo público también hubo nuevos músicos: los pianistas de excelente oficio que a la vez fueron compositores, aunque su obra les sobreviva desmayadamente. En la primera mitad del siglo XIX se cuentan por decenas.
Sigismund Thalberg, nacido en Ginebra en 1812 (dos años después de Chopin) fue uno de ellos. Alumno de Hummel y Moscheles, y poseedor de una técnica extraordinaria, debutó en Viena en 1829 con gran éxito. De ahí en más, sacando partido de su porte aristocrático y elegante, se hizo de un buen grupo de seguidores, mujeres en su mayoría, casi, casi, al estilo de Liszt.

Cosechando éxitos
Sigismund Thalberg, en 1839
(1812 - 1871)
Músico exitoso, fue también una buena persona. No era raro que sus admiradores le homenajearan con suntuosos regalos. Uno de ellos le obsequió una magnífica mansión en Viena.
Hizo giras por toda Europa y EEUU, cosechando éxitos en todas partes. Para cuando se retiró, en 1863, había ganado más dinero del que podía gastar. Entonces se fue a Italia, donde se dedicó a la vitivinicultura. Su retiro fue en serio: en su casa italiana no había piano.

Chopin
Y así como tuvo colegas admiradores (Mendelssohn, Schumann) también tuvo detractores. Chopin, no muy dado a los elogios, sólo dejó un esbozo de su personalidad: "...gusta a las mujeres, es más joven que yo y hace potpourrris con La Muette [una ópera del momento]...".

Fantasías sobre óperas
Efectivamente, Thalberg se especializaba en fantasías sobre temas de ópera. Compuso alrededor de cincuenta o más, las que por lo general conformaban buena parte de sus presentaciones. Su música no es particularmente ingeniosa ni novedosa pero es pianística en alto grado, y a menudo muy difícil. Pero era de vida corta. Hoy, de vez en cuando algún pianista la rememora, quizá para que no olvidemos que esta música cautivó alguna vez a una época y a un público.

Gran Fantasia opus 63 - Variaciones sobre temas de El Barbero de Sevilla, de Rossini
Al piano, la intérprete ucraniana Valentina Lisitsa.


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4 comentarios :

  1. Impresiona la sonoridad, la limpieza de la ejecución, pese a la
    dificultad de la obra. Para oir muchas veces-

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  2. Hola, Franluis: Así es. Y de paso, nos informa de la estatura que Thalberg habrá tenido como pianista. Muchas gracias por tu comentario. Un saludo.

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  3. Hola, Daniel: Tanto como precursor, no. Son absolutamente contemporáneos. Incluso participaron de "competencias" entre sí para el disfrute de "partidarios" de uno y otro. Saludos y gracias, como siempre, por tu comentario.

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