jueves, 30 de abril de 2015

Bach: Concierto para teclado en Fa menor



Al abandonar su puesto de Kapellmeister en la corte de Köthen para asumir el de Kantor de la Iglesia de Santo Tomás de Leipzig en mayo de 1723, Johann Sebastian Bach descendió claramente de categoría. Lo decimos en un sentido figurado, naturalmente, pero lo cierto es que pasó de ostentar el grado superior en la organización musical de la Alemania de su tiempo –en una corte menor– al de kantor de iglesia pero en una gran ciudad. En este último cargo, aparte de componer y dirigir la música en las dos iglesias más importantes de la ciudad, el maestro debía enseñar latín, catecismo –el de Lutero–, y música, a los alumnos de la Thomasschule, la escuela pública que dependía de la Iglesia de Santo Tomás.

Director del Collegium Musicum
Cuatro años después, la situación se había complicado, debido, por una parte, a la burocracia de las autoridades del Ayuntamiento de Leipzig, y por otra, al carácter impetuoso y algo terco de Bach. Y las desavenencias fueron en aumento.
Por fortuna, en abril de 1729, le fue encargada la dirección de una de las tantas sociedades musicales laicas que florecieron en Alemania durante la primera mitad del siglo XVIII, el Collegium Musicum de Leipzig.
Allí pudo disponer de un notable conjunto instrumental, que estaba capacitado para dar uno o dos conciertos cada semana. Para aquel conjunto, Bach revisó y adaptó la música instrumental que había compuesto mientras estuvo en Köthen.

Arreglos para teclado
Con la sola excepción del Concierto para flauta en la menor, todos los "arreglos" fueron hechos para clavicembalo y orquesta. Los hay para uno, dos, tres y hasta cuatro clavicembalos, pues estaban destinados también a ser interpretados en casa, en compañía de sus hijos Wilhelm Friedemann y Carl Philipp Emanuel, que para la época de la que datan los arreglos, 1730, se habían convertido en habilidosos "tecladistas".

Concierto N° 5 en fa menor, BWV 1056
Siete son las adaptaciones para un solo clavicembalo. Se presenta aquí el Concierto N° 5 en fa menor, estructurado en los tres movimientos habituales: rápido - lento - rápido. Originalmente para clavicembalo, violines I y II, viola y continuo, se ofrece aquí en versión para piano y orquesta de cuerdas, a cargo de Sven Brajkovic acompañado por la agrupación de cámara Samobor Strings.

Movimientos
00    Allegro moderato Al igual que el tercer movimiento, proviene probablemente de una obra para violín, en sol menor.
3:39 Largo (Arioso) Proviene de un concierto para oboe. También lo usó Bach en una cantata. Sus primeros compases se parecen bastante al Andante del concierto para flauta en sol mayor de Telemann, con cierta seguridad anterior. Como era la costumbre, quizá Bach quiso homenajear así a su amigo Telemann.
6:25 Presto Tomado de una obra para violín, como ya se anotó.


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martes, 28 de abril de 2015

Tchaikovski: Cuarteto No 1 - Andante



En 1871, un joven Tchaikovski de 31 años ya llevaba cinco como profesor de armonía en la rama moscovita de la Sociedad Musical Rusa, que posteriormente se convertiría en el Conservatorio de Moscú. Había llegado a esa posición tras una invitación extendida por su amigo Nicolás Rubinstein, quien a la sazón se desempeñaba como director de la casa de estudios. Pero el salario era más bien exiguo, y Tchaikovski se había visto obligado a escribir artículos de crítica musical para incrementar en algo sus ingresos, restando así un tiempo precioso a la composición.

Cuarteto No 1 - Estreno
P.I. Tchaikovski (1840 - 1893),
en 1870
En esas circunstancias, faltando todavía cinco años para que apareciera en escena la señora von Meck y los seis mil rublos anuales que con ella llegaron, el joven maestro decidió montar un concierto con sus propias obras y en beneficio propio, el que tuvo lugar en marzo de 1871. El concierto incluyó la participación de su amigo Rubinstein quien acompañó al piano a unas damas de la nobleza en un par de canciones, y terminó por todo lo alto con el primer cuarteto para cuerdas escrito por Tchaikovski, compuesto justamente un mes antes, y que en la ocasión fue interpretado por profesores de la Sociedad Musical Rusa.

Tolstoi y el Andante
La velada fue todo un éxito, incluso económicamente, y constituyó un primer paso importante en la carrera del compositor. Durante el resto de su vida, Tchaikovski sólo escribirá otros dos cuartetos para cuerda, y aunque según los entendidos el tercero es el mejor de todos, ninguno tan popular como éste, el N° 1, debido especialmente a su célebre segundo movimiento, Andante, que según cuenta el mismo maestro en su Diario, hizo llorar en una ocasión a León Tolstoi, a quien conoció en 1876:
"Creo que nunca, en toda mi existencia de músico, me he sentido tan lisonjeado y conmovido como en el momento en que Tolstoi, que estaba sentado a mi lado, comenzó a sollozar al oír mi Primer Cuarteto".
El cuarteto N° 1 en re mayor, opus 11, consta de los cuatro movimientos habituales. Se presenta aquí el segundo, Andante cantabile, en versión de la agrupación rusa Cuarteto Borodin. Lo inicia una sencilla melodía del folklore que Tchaikovski habría escuchado alguna vez cantada por un carpintero. El segundo tema es original, y lo introduce el primer violín, en 2:29. A la popularidad del movimiento han contribuido numerosos arreglos para orquesta de cuerdas y otras diversas combinaciones instrumentales.



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lunes, 27 de abril de 2015

Ravel: Concierto para piano en sol mayor



A fines de la década de los años treinta, sobrepasados los cincuenta años, Maurice Ravel se contaba entre los grandes músicos reconocidos internacionalmente.
En 1927 había concebido su obra más popular, el Bolero, que según se cuenta, podía escucharse en esos días silbado y tarareado por las calles. El año 1928 recorrió Canadá y Estados Unidos en aplaudida gira, recibiendo encargos de composición y conociendo a músicos americanos, entre ellos, Gershwin, quien le pidió que le diera lecciones, a lo que Ravel repuso que no había necesidad. Más bien al contrario, fue Ravel quien quedó prendado de los giros jazzísticos de la música del autor de Rhapsody in blue.

Oxford
Ese mismo año recibió el doctorado honoris causa concedido por la Universidad de Oxford. Según cuenta el mismo Ravel, el deslumbrante tema inicial del Concierto para piano surgió mientras viajaba en tren de Oxford a Londres, no sabemos si en la oportunidad del doctorado o en alguna otra.
Al año siguiente tenía el concierto bastante avanzado, al punto de que pensó en estrenarlo durante una gira planeada para ese año. Pero la gira nunca llegó a realizarse. El compositor tenía ya 54 años y su salud comenzaba a resentirse.

Maurice Ravel (1875 - 1937)
Concierto para piano en sol mayor
El concierto estuvo terminado solo en noviembre de 1931 y no lo estrenó Ravel sino la célebre pianista y pedagoga francesa Marguerite Long (a quien está dedicado), durante un legendario concierto realizado el 14 de enero de 1932, con Ravel en la dirección de la Orquesta Lamoureux. El estreno fue todo un éxito y a las pocas semanas Ravel y Long emprendieron una gira por cerca de veinte ciudades europeas, cosechando el aplauso de todos los públicos.

Las armonías y lenguaje jazzísticos, que el compositor había conocido de primera mano en su gira americana, abundan en el primer y tercer movimientos, pero manteniendo estrictamente un carácter "raveliano" en el sentido de que no alcanzan a oírse como música traída de otros lares.

Movimientos
La obra se compone de tres secciones, en el tradicional esquema rápido - lento - rápido:
00       Allegramente
09:06  Adagio assai (en su conclusión, exige al intérprete mantener un interminable trino durante más de medio minuto)
18:52  Presto

La versión es de la inigualable pianista argentina Martha Argerich, acompañada de la Orchestre National de France dirigida por Emmanuel Krivine.



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martes, 21 de abril de 2015

Mussorgski / Ravel: "Cuadros de una exposición"



El célebre puñado de músicos nacionalistas ruso conocido como el Grupo de los Cinco, nacido en la década de los 60 del s. XIX, contó entre sus integrantes a creadores que no siempre estuvieron dedicados en exclusividad a la música ni hicieron de ella el oficio con el que hubieron de ganarse la vida. Borodin, experto en aldehidos, nunca abandonó su profesión de químico. Rimski-Kórsakov fue oficial de la armada rusa, y César Cui, ingeniero militar. Balakirev, combinó los estudios de música con los de ingeniería, y Mussorgski, militar cuando joven, se desempeñó buena parte de su vida como funcionario de un ministerio.

A punto del olvido
Ahora bien, si se hace el ejercicio de traer a la memoria a los músicos más relevantes del famoso grupo, acuden a la mente, Rimski-Kórsakov desde luego, y en segundo término, Modest Mussorgski, no obstante este último fue reconocido en su tiempo como un interesante autor de canciones, y de óperas que no resistirán la prueba del tiempo, con la notable excepción de su obra maestra en el género, Boris Godunov. Preciosas horas habrá quitado a la creación musical de Mussorgski su labor de oscuro oficinista, pues si no fuera por las orquestaciones de sus obras hechas por colegas con posterioridad a su muerte, quizá lo recordaríamos menos que a César Cui.

Sin ir más lejos, su obra más popular, Una noche en el monte calvo, de 1867, fue orquestada por su amigo Rimski-Kórsakov en 1886, cinco años después de la muerte del autor, ganando solo entonces el favor popular (e incluso se dice que se trata de una obra original de Rimski basada en páginas de Mussorgski que no llegaron a término).

El acierto de Ravel
Mussorgski (1839 - 1881), en 1874
Y el caso de la suite para piano Cuadros de una exposición, de 1874, no es distinto (su génesis y descripción, aquí). Publicada también cinco años después de su muerte, aunque editada, por Rimski-Kórsakov otra vez, tuvo que esperar hasta 1931 para ser publicada manteniendo fidelidad a los manuscritos del compositor. Y no obstante ser la composición pianística más acabada de Musorgski y una de las creaciones más originales del romanticismo ruso, solo llegó a ser conocida por el gran público a través de la versión orquestal que en 1922 hiciera de ella Maurice Ravel. No fueron pocos los intentos anteriores, pero ante la plenitud del acierto raveliano, éstos se han revelado como "innecesarios", en opinión de los estudiosos.

Arte y soledad
Modest Mussorgski no gozó de una vida buena. Aquejado constantemente por depresiones nerviosas y algunos episodios de epilepsia, hubo de enfrentar la soledad sentimental, la estrechez económica y, por momentos, la incomprensión de su trabajo por parte de sus pares. A los cuarenta años, Musorgski era un ser humano en triste decadencia vital, entregado en algún grado a la bebida, pero aun en esas condiciones tuvo el valor para abandonar definitivamente su puesto de funcionario y convertirse en modesto pianista acompañante en escuelas de canto. De ahí surgía a veces un evento, lastimosamente remunerado, para acompañar al piano a alguna aspirante a diva que pretendía hacerse de un público.

Celebridad póstuma
Mussorgski murió en un hospital militar el 28 de marzo de 1881, sin haber conocido jamás algo cercano al prestigio, o la fama. Cuarenta años después, el más formidable orquestador del que se tiene noticia, Maurice Ravel, se los brindará, copiosamente, para mantener su nombre en alto hasta el día de hoy.

La versión es de la Orquesta Sinfónica de la RTVE, bajo la dirección de Miguel Ángel Gómez Martínez.

sábado, 18 de abril de 2015

Mozart: Concierto para violín N° 5



Salvo por el dilatado paréntesis de casi año y medio durante el cual, dispensado del servicio, recorrió Europa central junto a su madre en busca de mejores aires, Wolfgang Amadeus Mozart debió soportar a su grosero patrón el príncipe-arzobispo Colloredo durante nueve años, desde agosto de 1772 hasta mayo de 1781, cuando se produjo la ruptura definitiva, tras un áspero debate.
Desde un principio las relaciones fueron tensas, y de ahí en adelante no hicieron más que empeorar al punto de que el príncipe-arzobispo, durante una entrevista concedida a Leopold Mozart en 1777, se permitió señalar a éste que su hijo "no sabía nada y que lo que debía hacer era ir a Nápoles a aprender música en un conservatorio".

Los seis conciertos para violín
Sin embargo, ahogado y maltratado en el provinciano ambiente de Salzburgo por un patrón descortés, Mozart fue capaz de producir allí muchas de sus mejores obras, algunas de ellas compuestas a una velocidad asombrosa. Es el caso de los únicos seis conciertos para violín que debemos a Mozart, de los cuales el No 3, el No 4 y el No. 5, considerados hoy como verdaderas obras maestras, fueron escritos en apenas cuatro meses, entre septiembre y diciembre de 1775, al tiempo que el vasallo Mozart componía sin parar música para los oficios religiosos y ocasiones especiales diversas.


Concierto para violín y orquesta No 5, en La mayor, K. 219
Con el concierto No 5, llamado algo toscamente "Concierto Turco" (por el rondó), Mozart logró crear algo muy en la línea de lo que el siglo XIX conocerá como el concierto para instrumento solista y orquesta. No obstante enmarcarse abiertamente en la tradición del concierto de cámara "clásico", su extensa duración alrededor de 25 minutos– y su gran demanda técnica revelan que un nuevo rol ha sido asignado al violín como instrumento solista. No fueron pocos los conciertos de similar talla que se escribieron en la misma época, pero ninguno logró sobrevivir a la prueba del tiempo con la galanura que lo ha hecho el No 5 de Mozart.

Movimientos
00        Allegro aperto - Adagio - Allegro aperto  Única instancia en el repertorio de concierto mozartiano en que el solista hace su primera entrada con un breve adagio independiente de la exposición orquestal. (Allegro aperto: algo más majestuoso que un allegro corriente).
10:56  Adagio  Uno de los movimientos lentos más extensos de Mozart, con un bellísimo pasaje en la sección central.
21:54  Rondo - Tempo di Minuetto  El movimiento más conocido de la obra, quizá porque incorpora una sección alla turca, según la moda imperante de la época y que Mozart replicará tres años más tarde al introducir un rondo alla turca, la célebre "marcha turca", en la sonata para piano en La mayor.

La versión es del violinista bielorruso Artiom Shishkov, acompañado de la agrupación belga Orchestre Royal de Chambre de Wallonie, conducida por el maestro alemán Michael Hofstetter.



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miércoles, 15 de abril de 2015

Aram Khachaturian: "Danza del Sable"



En la red, y en la discografía, se acostumbra ilustrar la Danza del Sable con la imagen de una danzarina árabe que baila con un sable en la cabeza, pero, en realidad, no existe ninguna danza oriental en que la bailarina deba practicar tal coreografía, si bien la imagen se hizo popular durante el siglo XIX en consonancia con una moda impuesta por los pintores orientalistas franceses.

La danse pyrrhique
Uno de estos pintores fue Jean-Léon Gerome, pero de él hemos escogido una pintura distinta, La danse pyrrhique, para ilustrar de modo algo más genuino lo que realmente acontece durante el cuadro La Danza del Sable, del ballet Gayane, obra del compositor ruso de origen armenio Aram Khachaturian. Durante el segundo acto, el autor incluyó una suite de danzas del folklore de Asia central. En medio de dos danzas de origen kurdo, la danza del sable evoca una danza de bailarines armenios que hacen gala de su habilidad con el sable.

La patria soviética... y Armenia
A. Khachaturian (1903 - 1978)
Estrenado en diciembre de 1942, en plena segunda guerra, el ballet cuenta la historia de una joven armenia cuyas convicciones patrióticas entran en conflicto con sus sentimientos más profundos cuando descubre que su esposo ha traicionado a la patria soviética. No obstante la temática afín con el proceso revolucionario, el compositor debió enfrentar más tarde la consuetudinaria secuencia de confesión y rehabilitación, propia del periodo estalinista.
Pero de todo ello Khachaturian salió indemne.
Abocado más tarde a la composición de obras para el teatro y el cine, Khachaturian se convirtió también en el autor del Himno Nacional Armenio.

Danza del sable
La celebérrima danza, de gran vitalidad, incluye en su sección media un tema tradicional armenio, más lírico. Su corta duración ha facilitado su adaptación para el cine, TV, videojuegos y publicidad variopinta, mediante múltiples y variados arreglos. La irresistible e inmediata atracción que ejerce en el público la ha transformado también en uno de los más recurridos "caballitos de batalla" de las grandes agrupaciones orquestales, sacando partido del manojo de suites orquestales que el autor extrajo en su momento del ballet.

La versión es de la Filarmónica de Berlín, bajo la conducción del maestro inglés Sir Simon Rattle.


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sábado, 11 de abril de 2015

Chopin: Mazurka en la menor, Op 17 No 4



Ya está dicho que Chopin no estaba hecho para las multitudes. Le incomodaban esas personas desconocidas que lo miraban desde sus butacas con curiosidad, y así lo confesó en más de una oportunidad a sus colegas amigos, Liszt entre ellos. Sin embargo, durante sus primeros años en París el compositor se presentó en público con mucha mayor frecuencia de la que iba a acostumbrar posteriormente. Tal vez, se trató de una imposición de la vida. Desde luego, el polaco auto exiliado tenía la imperiosa necesidad de darse a conocer, en tierra extraña.

Conciertos en colaboración
Durante 1833, cuando tenía 23 años y recién cumplía algo más de dos en París, se presentó al menos en tres oportunidades ante un gran público. Todo había comenzado poco antes, cuando en diciembre del año anterior se presentó por primera vez en compañía de Liszt para interpretar, junto al pianista y compositor Ferdinand Hiller, el allegro del Concierto para tres teclados de Bach.
El 2 de abril de 1833, en colaboración con Liszt otra vez, interpretó diversas piezas en un gran concierto a beneficio, y al día siguiente, participó en otro concierto para cuatro pianos, junto a Liszt y otros dos pianistas.

La velada íntima
Chopin (1810 - 1849)
Pero no se puede negar que donde Chopin se sentía más cómodo era en los salones de la naciente burguesía parisiense, o en las veladas ofrecidas por los nobles polacos, exiliados como él. Allí podía improvisar, o entregar lo más refinado o personal, presentando ante un público reducido la primera audición de una breve obra que hubiese dado por concluida, acaso esa misma tarde. La nobleza polaca, desde luego, habrá saludado con efusión la añoranza de la tierra que de las manos de Chopin brotaba si el compositor les hacía escuchar una mazurca, por ejemplo, recién surgida de su mundo más personal e íntimo.

1833, un año fecundo
Entre varias otras obras, ese año quedaron terminados los Estudios del opus 10, publicó el Concierto en mi menor y los tres Nocturnos del opus 9. También, dio por terminada una nueva serie de mazurcas, las del opus 17, que publicará al año siguiente, en París, sumando cuatro piezas más a la colección que, al final de su vida, contará con 47 mazurcas publicadas, a las que póstumamente se agregarán otras diez, que el autor no consideró dignas de ser editadas.

Mazurka opus 17 N° 4
Originaria de la región de Mazuria, la mazurca (mazur en polaco) es una danza. En ritmo de 3/4, se baila, se canta, y también se puede cantar mientras se baila. Pero de ellas, de su carácter nacional y popular, Chopin tomó meramente el ritmo, cuya cadencia exige un apoyo más o menos prolongado del segundo o tercer tiempo de cada compás. De breve duración, su canto es pura invención chopiniana, refinando así la danza, "ennobleciendo sus melodías", en palabras de Liszt. Las envuelve generalmente un vaho armónico, y la última pieza del opus 17 va un poco más allá, al punto de que al inicio resulta difícil reconocer la tonalidad en que está escrita. Pareciera que Chopin está improvisando, en un salón, para sus admiradores parisienses. Pero no. Todo está prodigiosamente controlado.

La versión es del pianista y compositor estadounidense Michael Glenn Williams.


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lunes, 6 de abril de 2015

Beethoven: Sinfonía N° 3 "Eroica"



Más de 200 años después de su publicación, la Tercera Sinfonía de Beethoven llamada "Eroica" se mantiene aún ligada a la leyenda de que habría sido compuesta en homenaje a Napoleón, cuya dedicatoria Beethoven borró al enterarse de que el oscuro oficial corso de pocos años atrás se había coronado emperador con el título de Napoleón I.
Pero a la leyenda no le faltan asideros pues aunque Beethoven finalmente dedicó la obra a su mecenas el príncipe Lobkowitz, la publicación de 1806 mantuvo el subtítulo "composta per festeggiare il sovvenire d'un gran Uomo", que Beethoven podría haber quitado si su malestar con el corso hubiese adquirido la magnitud que su pupilo Ferdinand Ries relata en sus memorias.

El relato de Ries
En mayo de 1804, terminada la obra pero no publicada, Ries se allegó a la casa de Beethoven con la noticia de la coronación de Napoleón. De acuerdo con Ries, Beethoven habría puesto el grito en el cielo, dirigiéndose a la mesa donde estaba el manuscrito para romperlo en mil pedazos exclamando que Bonaparte se había mostrado finalmente como lo que simplemente era: un ser humano común y corriente.
Es este relato, sin más testigo que ambos, el que originó la leyenda, tratada como tal por los estudiosos, a quienes, dada la existencia del subtítulo ya mencionado, no les ha quedado otra que asignar a la "celebración y recuerdo de un gran Hombre" (así con mayúsculas) un destinatario grandioso, como puede serlo la Humanidad, por ejemplo.

Joseph Franz von Lobkowitz
(1772 - 1816)
Otro "gran hombre"
Beethoven admiró en su tiempo a Napoleón, no cabe duda, tal como lo hicieron cientos de artistas y pensadores de la época. Que la auto-coronación de su héroe lo haya hecho dudar, también es posible. Pero no está de más agregar aquí un asunto de la vida concreta.
El príncipe Lobkowitz es uno de los mecenas que cuatro años después del estreno de la "Eroica" va a integrar el llamado "pacto de los tres príncipes", por el que Beethoven pasó a recibir una renta anual de alrededor de cuatro mil florines por permanecer en Viena, componiendo, y asistiendo a veladas de sus mecenas, donde, de paso, el maestro estrenaba sus obras.
Precisamente, la Sinfonía N°3, "Eroica", tendrá su estreno, en privado, en casa de Lobkowitz. Si el héroe ya había caído de su pedestal, a la mano había un príncipe con quien congraciarse con resultados concretos.

Sinfonía No 3 "Eroica"
Su ejecución en público se realizará al año siguiente, el 7 de abril de 1805, en el Theatre an der Wien, de Viena, con Beethoven en la dirección. La obra, magnífica, es la primera en que el maestro se aleja del patrón seguido por Haydn, adoptando un lenguaje más personal, que será característico del Beethoven posterior. Su extensa duración (alrededor de una hora si se ejecutan todas las repeticiones indicadas) y su intensidad expresiva, ambos rasgos inhabituales para los parámetros de principios del siglo XIX, acercan la composición a los nacientes postulados románticos, no obstante recoger la herencia, transformada, de Mozart, y también de Bach, a través del primero.

Movimientos
00       Allegro con brio
14:47  Marcia funebre. Adagio assai
31:30  Scherzo. Allegro vivace
36:52  Finale. Allegro molto

La versión es de la Orquesta Sinfónica Juvenil Simón Bolívar, dirigida por el maestro venezolano Gustavo Dudamel. (Y el video incluye "Huapango" del mexicano José Pablo Moncayo).


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