martes, 23 de diciembre de 2014

Chopin: Vals en La bemol, opus 42



El verano de 1840 la singular familia compuesta por Chopin, la escritora George Sand y los hijos de ésta, Solange y Maurice, no pudo repetir la ocurrencia del año anterior cuando armaron sus bártulos y partieron a gozar de tres meses de merecido descanso en la casa veraniega que la Sand mantenía en Nohant, a 200 km al sur de París. Esta vez no hubo presupuesto, pues la última obra de la incansable y prolífica escritora había resultado un fracaso, y no había cómo solventar la estadía de tres meses en la casa de verano, a cuatro mil francos el mes, sin contar los gastos de viaje.

El verano, en París
De modo que permanecieron en París. George Sand corrigiendo y reescribiendo, y Chopin, que ya había comenzado a habituarse a componer exclusivamente en Nohant, debió readecuar su rutina y ponerse a trabajar en París durante el verano. Por lo demás, durante esos meses no tenía alumnos. Y no obstante las desacostumbradas circunstancias, 1840 fue un año fecundo, un año de trabajo ininterrumpido en el número 16 de la Rue Pigalle. De esa fecha son, para muestra un botón y otro más, la Fantasía en Fa menor, y el sinuoso Vals en La bemol, opus 42, publicado ese mismo año, sin dedicatoria.

Vals en La bemol, opus 42
Robert Schumann, abierto admirador de Chopin y quien ya había hablado maravillas sobre el Estudio opus 25 N° 1, escribió acerca de este vals que "si alguna vez hubiese que bailarlo tendrían que hacerlo solo las condesas". No entendemos qué quiso decir realmente, acaso que requería una extrema elegancia hacerlo –un hombre de su tiempo. La superposición de un ritmo binario de la mano derecha y uno ternario de la izquierda en el tema principal, unido a la velocidad que aquí le imprime el pianista ruso Boris Berezovsky hacen la danza impracticable incluso para las condesas. Una coda brillantísima (2:37) pone punto final a la pequeña pieza rematada por vigorosas notas al unísono, en el registro bajo.


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viernes, 19 de diciembre de 2014

György Ligeti: Dos estudios para piano



György Ligeti, uno de los compositores de vanguardia más importantes de la segunda mitad del siglo XX y cuyo nombre se hiciera ampliamente conocido luego de que Stanley Kubrick incluyera extractos de su obra en la banda sonora de la película 2001 Odisea del Espacio, se inició en el oficio de la música escribiendo sencillamente un vals. Tenía 14 años y hacía muy poco había comenzado a recibir sus primeras lecciones de piano, en una pequeña ciudad de la región de Transilvania, en Rumania.
La Segunda Guerra interrumpirá sus estudios.

György Ligeti (1923 - 2006)
La posguerra
Pero sobrevivió al holocausto (no así su padre y hermano). Terminada la guerra, Ligeti deberá enfrentar a las nuevas autoridades y tratará de crear un nuevo lenguaje musical de postguerra inmerso en una sociedad que vive aislada de las tendencias modernas occidentales. Luego del aplastamiento de la revolución húngara de 1956, huirá a Occidente, estableciéndose en Viena. Allí conocerá a Stockhausen y Pierre Boulez.

Los experimentos
Pero los experimentos de los líderes de la vanguardia europea más bien lo desorientan. Siempre ha sido algo escéptico de la música electrónica y también del dodecafonismo. Al cabo de tres años en el círculo de Colonia, abandonará la senda electrónica para abocarse al estudio de una intrincada rítmica propuesta por el compositor mexicano de origen estadounidense, Conlon Nancarrow.

Estudios para piano
A partir de los años setenta, Ligeti sumó a su búsqueda el interés por los aspectos rítmicos de la música africana. En las décadas siguientes su obra verá acentuado el énfasis en la polirritmia, llevándolo a proponer complejísimas estructuras rítmicas de las que es acabada muestra su trilogía Etudes pour piano, tres libros que contienen cada uno entre seis y ocho estudios escritos entre 1985 y 2001, y que abundan en influencias tan diversas como el gamelán, los polirritmos africanos, Béla Bártok, Nancarrow desde luego, e incluso señalan una deuda con el pianista de jazz norteamericano Bill Evans.

La pianista Yuja Wang nos ofrece aquí el estudio N° 4, Fanfares, del Libro I y el estudio
N°4, Der Zauberlehrling (El aprendiz de brujo) del Libro II.


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miércoles, 17 de diciembre de 2014

Beethoven: Sonata opus 2 N° 3


Muchas veces se da como fecha de nacimiento de Ludwig van Beethoven el 16 de diciembre de 1770. Pero lo único que está documentado es su fecha de bautismo, en un día como hoy, 17 de diciembre, de hace 244 años.

Beethoven pudo muy bien nacer el día anterior, y si bien era costumbre realizar el bautismo a los pocos días (por la fuerte religiosidad de la época, y también, porque el infante podía morirse) es harto improbable que los padres del pequeño Ludwig decidieran bautizarlo al día siguiente de nacido, si recordamos que Johann, el padre, ya por esos años ahogaba sus penas con alcohol y saludaba los buenos momentos del mismo modo. Así que si festejó el nacimiento como acostumbraba, no creemos que estuviera en condiciones de celebrar el sacramento al día siguiente.

En resumen, no sabemos cuándo nació Beethoven. Este blog le rinde hoy homenaje en el día en que fue bautizado, en Bonn, en 1770.

Sonatas del Opus 2, dedicadas a Haydn
Luego de instalarse definitivamente en Viena en 1792, Beethoven tomó clases de composición con el maestro Franz Joseph Haydn, entonces una celebridad de sesenta años con sede en Londres, quien de tanto en tanto se aparecía por la capital del imperio de los Habsburgo, para dictar clases y visitar a sus amistades. Pero no se llevaron bien, y al cabo de dos años Beethoven abandonó a su maestro. Más tarde tomará clases con Antonio Salieri, pero nunca olvidará al viejo Haydn, a quien le serán dedicadas las tres primeras sonatas para piano, agrupadas en el Opus 2.

Compuestas alrededor de 1794 de manera casi simultánea, las tres sonatas fueron estrenadas en el otoño de 1795 en los salones de uno de sus amigos nobles, el príncipe Carl von Lichnowski, en una velada que contó con la presencia de Joseph Haydn. Fueron publicadas en marzo del año siguiente, por Artaria, la casa editorial vienesa del mismísimo Haydn.

Sonata Opus 2 N° 3 en Do mayor - Movimientos
Beethoven ha tomado prestado aquí material proveniente de un trabajo de juventud, el Cuarteto con piano N° 3. Al igual que sus pares del opus 2, la sonata presenta una amplia concepción, con cuatro movimientos en vez de tres, adicionando en esta ocasión un breve scherzo como tercer movimiento.
00        Allegro con brio
11:33  Adagio  Sorprendente en su simpleza, uno de los movimientos lentos más bellos de Beethoven.
20:23  Scherzo - allegro
23:28  Allegro assai

La versión es del maestro chileno, Claudio Arrau. Beethovenfest, Bonn, 1977.


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lunes, 15 de diciembre de 2014

Juventino Rosas: Vals "Sobre las olas"



Al momento de nacer José Juventino Policarpo Rosas Cadenas, en Santa Cruz, Guanajuato, la banda de la familia requería con urgencia un violinista. Con su padre en el arpa, su hermano Juan en la guitarra y su hermana Patrocinia encargada de la primera voz, los Rosas eran la banda del pueblo que amenizaba cuanta fiesta y celebración se realizaba en la ciudad, pero les hacía falta un instrumento que pudiera "cantar". De modo que el futuro músico y compositor mexicano Juventino Rosas llegó a este mundo, sin saberlo, con una misión: la de violinista.

Juventino Rosas (1868 - 1894)
Los Elvira
El padre se entusiasmó con el talento que el muchachito comenzó a mostrar y se lo llevó consigo a la capital. Durante el día Juventino las oficiaba de campanero en una iglesia, y por las noches se unía junto a su padre y hermano a la banda Los Elvira, uno de tantos conjuntos que noche a noche recorrían las cantinas para amenizar la jarana o, ya de madrugada, para acompañar a algún enamorado pasado de tragos que necesitaba cantar loas a la amada.

La trifulca
Una noche se produjo un altercado. Originado quizá, en que la amada no respondió a la serenata, o bien a raíz de que la performance no satisfizo al borrachín. O las dos cosas. Como resultado de la trifulca, el padre y el hermano de Juventino caen muertos, a balazos. Juventino tenía entonces doce años. Huérfano, no le quedó más alternativa que tocar el violín en la calle a cambio de algunas monedas. En esa magia estaba cuando lo encontró un mecenas quien, admirado de su talento, lo inscribió en el Conservatorio.

Vals "Sobre las Olas"
Pero Juventino no durará mucho tiempo aprendiendo teoría musical. Al poco tiempo abandona. Va a componer sin escuela, a su aire, melodías bailables, las que terminan por encantar a las damas de sociedad. Y comienza a componer por encargo. Su mayor éxito será el vals "Sobre las olas", que se hará internacionalmente célebre, no así el propio Juventino, quien morirá en la miseria en Cuba durante una gira con una mediocre compañía de zarzuelas, sorprendentemente joven, cuando apenas tenía 26 años.

La versión es de la Orquesta Filarmónica de la UNAM, conducida por el director israelí Avi Ostrowsky.



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viernes, 12 de diciembre de 2014

Strauss / Grünfeld: "Soirée de Vienne"



A diferencia de sus coetáneos y colegas músicos de gran parte de Europa occidental, el pianista y compositor Alfred Grünfeld y su hermano Heinrich, cellista, no fueron enviados por sus padres a estudiar leyes ni a proseguir la carrera de las armas. Muy por el contrario, desde muy pequeños sus audaces progenitores –el padre un comerciante en cuero– les educaron para que de adultos desarrollaran una vida como reconocidos músicos profesionales. Va a ser el hermano mayor, Alfred, quien cosechará los mayores éxitos.

Alfred Grünfeld, pianista
Nacido en Praga en 1852, cuando tenía poco más de diez años fue enviado a estudiar piano a Berlín. Extraordinariamente dotado, a los 21 ya estaba instalado en Viena desarrollando una exitosa carrera como maestro de piano y concertista en la capital musical europea de la época, donde permanecerá hasta el final de sus días haciendo las delicias del público vienés con sus ligeramente almibaradas, si bien muy novedosas, transcripciones para piano de los valses de Johann Strauss hijo.

Alfred Grünfeld (1852 - 1924)
Grabando, en 1899
También autor de un par de operetas que no soportaron el paso del tiempo, Grünfeld fue el primer pianista profesional importante en hacer grabaciones, la primera de ellas en 1899 para el naciente sello Deutsche Grammophon Gesellschaft. Para 1914, había hecho más de un centenar.
Pero como compositor –más bien arreglista–, hoy es recordado principalmente por sus transcripciones de Strauss, las que de vez en cuando algún pianista intrépido regala como bis al final de algún programa ligeramente moderno, a modo de compensación.

Soirée de Vienne
En versión de Evgeny Kissin, se presenta aquí uno de sus mayores aciertos, una paráfrasis de valses vieneses titulado "Soirée de Vienne", de alta exigencia técnica. Grünfeld fue un compositor menor, desde luego, pero como intérprete tuvo que haber sido un pianista extraordinario.



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jueves, 11 de diciembre de 2014

Mussorgski: Cuadros de una exposición


Menos de un mes le tomó al compositor ruso Modest Mussorgski completar la pieza que, descontada la ópera Boris Godunov, se convertiría en su obra maestra, la suite para piano Cuadros de una Exposición.
Comenzada el 2 de junio de 1874, antes de acabar el mes había terminado su postrer homenaje al que fuera su gran amigo y compañero de tertulias y pesares, el pintor y arquitecto Viktor Hartmann, fallecido a causa de un aneurisma recién cumplidos los 39 años. Mussorgski quedó devastado y desde ese momento no hizo más que discurrir el mejor modo en que podía presentar sus respetos al amigo muerto de un día para otro.

Exposición de la obra de Hartmann
En enero de 1874, la Academia Imperial de las Artes de San Petersburgo decidió montar una exhibición de las obras de Hartmann, en ofrenda oficial al artista. Alrededor de 400 trabajos, entre pinturas, bocetos y algunos escritos, fueron exhibidos durante dos meses. Mussorgski asistió a la muestra y como todo visitante, recorrió las pinturas, deteniéndose en una y avanzando luego a la adyacente. Ahí comprendió que en eso debía residir el homenaje: la música debía describir precisamente lo que él hacía en ese instante, observar un cuadro con detención, relatarlo, y luego pasar al siguiente.

Música descriptiva
Once cuadros decidió escoger Mussorgski para construir la obra, compuesta de la descripción musical de las pinturas enlazadas por un melancólico trozo que llamó "Promenade", con el que la pieza se inicia, y que luego será oído a lo largo de la obra, actuando como elemento unificador mientras el paseante va de cuadro en cuadro.
Con sobrados méritos para ser catalogada como "música descriptiva", la obra se llamó inicialmente "Suite Hartmann", y no se publicó sino hasta 1886, cinco años después de la muerte del compositor, con el título con que la conocemos hoy.

Secciones
Sus partes, y los correspondientes cuadros de Hartmann, son los siguientes:
00       Promenade
01:28  Gnomo / Promenade II  03:48
04:33  El viejo castillo / Promenade III 08:35
09:03  Tullerías
10:05  Las Carretas / Promenade IV 12:50
13:36  Ballet de polluelos en sus cáscaras
14:52  El judío rico y el judío pobre (dos cuadros)
16:52  El mercado de Limoges
18:20  Catacumbas
19:50  Con los muertos en el idioma de los muertos
21:38  La cabaña sobre patas de gallina
25:16  La Gran Puerta de Kiev

De la obra, o de alguna de sus secciones, se han hecho innumerables orquestaciones, incluido un arreglo popular por la banda británica de rock progresivo Emerson, Lake & Palmer, en 1971. La versión orquestal que generalmente sube a los escenarios es la que en 1922 hizo Maurice Ravel, y a la que, de paso, la obra debe buena parte de su popularidad.

Sin embargo, aquí se presenta la versión original para piano, que también se acostumbra a modificar, dependiendo del intérprete. El excelente maestro ruso Mikhail Pletnev nos ofrece su versión de la versión original de Mussorgski, saltándose la Promenade V.


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martes, 9 de diciembre de 2014

Chopin: Estudio N° 11 del opus 25



En los diecinueve años que vivió en París, Frédérik Chopin solo dio trece conciertos públicos. No le gustaban las muchedumbres, y así se lo comentó alguna vez a su amigo Franz Liszt, quien era un año menor que él, y acaso por eso incorporó a sus palabras un ambiguo dejo de ironía:
"No soy apto para dar conciertos, el público me intimida. Me siento asfixiado por esas respiraciones agitadas, paralizado por esas miradas de curiosidad, mudo ante esos rostros extraños. ¡Tú sí estás destinado a eso, porque no conquistas al público, sino que tienes los medios necesarios para aporrearlo!"
Efectivamente, escuchando a Franz Liszt las damas se desvanecían, terminando despaturradas en sus palcos, perdida toda compostura. Chopin, muy por el contrario, estaba hecho para embelesar a un público exiguo, de no más de diez o doce oyentes, en el salón privado de alguna dama de la alta aristocracia parisina, o de algún compatriota noble, exiliado como él.

Marie d'Agoult (1805 - 1876)
La atmósfera intimista
En esos salones, frecuentados también por Liszt, Berlioz, Délacroix, amén de poetas y otros artistas, Chopin estaba en su salsa. Y si se encontraba de humor, podía tocar un par de horas seguidas. Naturalmente, en esa atmósfera intimista, no tocaba sus grandes obras, las de mayor aliento, sino que improvisaba, o daba a conocer el último preludio, o nocturno, un vals elegante, o incluso, algún estudio.

En 1935 había terminado los doce estudios del Opus 10, dedicados a su amigo Franz Liszt, ironías aparte. La nueva serie, el opus 25, será dedicada a la condesa Marie d'Agoult, quien, entre otros merecimientos, tocaba el piano y era la pareja de su amigo Franz.

Estudios del opus 25 - N° 11 en La menor
De los doce estudios que conforman la serie, diez de ellos fueron compuestos simultáneamente con los del Opus 10. Solo el primero y el último fueron agregados en una fecha posterior, para su publicación conjunta en 1837. El estudio N° 11, con sus escasos tres minutos y medio de duración, es el más extenso de la serie y, tal como sus acompañantes, constituye una pieza ineludible en el repertorio pianístico de nuestros días. Las exigencias técnicas demandan ráfagas de arpegios de la mano derecha opuestos a un motivo poderosamente rítmico de la mano izquierda.

La versión es de la pianista ucraniana asentada en EEUU, Valentina Lisitsa.


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viernes, 5 de diciembre de 2014

Brahms: Seis piezas para piano, Op. 118



Clara Schumann quedó viuda a los 37 años. A partir de entonces debió cuidar y alimentar sola a ocho hijos.
Johannes Brahms, entonces de 23, va a permanecer a su lado, figuradamente, hasta la muerte de Clara, en 1896. Durante cuarenta años mantendrán una nutrida correspondencia. Johannes, ofreciendo su amor revestido de afecto fraternal con la esperanza viva de que algo se concrete. Clara, afectuosa, pero manteniendo la distancia justa que no conduzca al alejamiento del amigo fiel que cuidó de su amado Robert los dos últimos años de su vida.

Clara Schumann (1819 - 1896)
Clara, pianista excepcional
Clara necesitaba apoyo, desde luego, pero resolvió su desamparo trabajando. Pianista excepcional de la talla de Liszt o Thalberg, no obstante su condición de concertista mujer situada en la médula del siglo XIX, pudo realizar una labor profesional activa ofreciendo clamorosos conciertos a lo largo y ancho de Europa, muy bien remunerados.

Brahms, un compañero
De modo que el aliento de Brahms no contempló ninguna dimensión económica sino que se expresó sencillamente en la palabra amiga que ayudaba a superar los estados de abatimiento, y acaso algo más, cuando ambos decidieron sustituir el pronombre Sie (usted) por el más familiar du (tú) en la correspondencia, y Brahms comenzó a dedicar a Clara parte de su obra.

Seis piezas para piano, opus 118
Un total de trece trabajos, de diverso género, dedicó Brahms a Clara, en el lapso de cuarenta años. En 1892, en una etapa de plenitud del compositor, cinco años antes de su muerte, ofrendó a Clara la que será su penúltima obra para piano solo, las Seis Piezas del Opus 118. Dueño absoluto de su arte, el autor ha vuelto a las pequeñas formas, y a la riqueza intimista del timbre único y tan amado del piano, sin aspavientos. Quizá el último coloquio, la última confidencia, de Brahms a Clara.

Con el opus 118, más que con cualquier otro conjunto previo de miniaturas, Brahms consiguió una obra que funciona como un todo. Y así se interpreta por lo general, aun cuando la particular belleza de alguna de sus piezas mueva a los intérpretes a ofrecerla como bis en sus presentaciones, como se estila hacer con la segunda de la serie, el popular Intermezzo en La mayor.

La obra contempla cuatro intermezzi, una balada y una romanza:
No. 1. Intermezzo in A minor. Allegro non assaima molto appassionato.
No. 2. Intermezzo in A major. Andante teneramente
No. 3. Ballade in G minor. Allegro energico
No. 4. Intermezzo in F minor. Allegretto un poco agitato
No. 5. Romanza in F major. Andante
No. 6. Intermezzo in E flat minor. Andante, largo e mesto

La versión es del pianista alemán Alexander Lonquich.



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jueves, 4 de diciembre de 2014

Shostakovich: Concierto para piano N° 1



El camarada Joseph Vissarionovich Dzhugashvili, llamado "Stalin", no se percató inmediatamente de que la ópera Lady Macbeth del distrito de Mtsensk, obra del ciudadano-compositor Dmitri Shostakovich, era antidemocrática de pies a cabeza, y extraña a los gustos artísticos del pueblo soviético. Estrenada en 1932 con resonante éxito, la obra permaneció en cartelera durante dos años hasta que el mismísimo Joseph Vissarionovich asistió a la primera función que en Moscú llevó adelante el Teatro Bolshoi. Como resultado de la visita, la obra fue retirada de los escenarios, perdiendo su condición de obra maestra de la noche a la mañana.

Shostakovich, bombero en el
sitio de Leningrado, y portada de
la Revista Time, en 1942
Sobreviviendo a las purgas
Era la primera confrontación que el autor de la Marcha fúnebre en memoria de las víctimas de la Revolución de Octubre tenía con las autoridades soviéticas. No sería la última. Pero, al parecer, el compañero Dmitri sabía navegar en aguas turbulentas.
Dmitri sobrevivió a las purgas de 1948 permaneciendo sereno y componiendo la banda sonora de un curioso filme –El inolvidable año 1919– que cantaba al valor del joven camarada Stalin durante la guerra contra los rusos blancos. Pero durante muchos años se abstuvo de ingresar al Partido Comunista. Sólo se decidió a hacerlo en 1960, en una etapa de su vida en que no resultaba fácil regañar a un artista soviético de fama mundial.

La "confesión"
Y a comienzos de los treinta había superado el impasse de Lady Macbeth al estilo en boga. Es decir, mediante una confesión. Musical en su caso: la Sinfonía N°5, de 1937, llevó por subtítulo "Respuesta de un artista soviético a unas críticas justas". Con todo, confesiones aparte, era posible contrastar la voz ortodoxa, oponerse al mandato ideológico, componiendo simplemente para sí mismo. En ese espíritu, Dmitri Shostakovich terminó en 1933 su primer Concierto para piano, a los 27 años.

Concierto para piano, trompeta y orquesta de cuerdas, en do menor
Según comentó el mismo autor, la idea original consistía en la composición de un concierto para trompeta y orquesta, al que luego fue agregando la parte de piano para construir un doble concierto, pero este instrumento fue viendo ampliada su participación hasta finalmente devenir la obra en un concierto para piano con participación destacada de una trompeta, especialmente en el último movimiento. Su estreno tuvo lugar en Leningrado (es decir, San Petersburgo) en octubre de 1933, con Shostakovich al piano.

Las "citas"
Con una combinación "neo-barroca" de instrumentos y estilísticamente cercano al neoclasicismo (sin contar el cluster del minuto 20:54 que interrumpe a una trompeta "circense"), el concierto suma a su innegable carácter juguetón, en opinión de los estudiosos, una abundante serie de "citas" a otros autores, entre ellos, Ravel, Beethoven y Haydn. Lo que indudablemente es cierto, pero no faltan quienes han llevado las cosas al extremo, queriendo ver en el minuto 1:06 (y desde luego, cada vez que el "motivo" se repite) una "cita" al primer movimiento de la sonata Appassionata.


Movimientos:
Según como se mire, el concierto tiene, o tres, o cuatro movimientos, debido a que el tercero, amén de su breve duración, enlaza sin pausa con el último.
00:00  Allegretto  Dos temas contrastantes
07:14  Lento  Sorprendentemente lírico (cita a Ravel, adagio del concierto en sol mayor)
15:32  Moderato  Más bien, un interludio
17:32  Allegro con brio  Contiene las parodias de Haydn y Beethoven, con algo de ragtime, también.

La versión es de Daniil Trifonov, acompañado de la Marinsky Orchestra, conducida por Valery Gergiev.

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miércoles, 3 de diciembre de 2014

Mikhail Glinka: "Jota aragonesa"



"Los españoles son sinceros y directos al hablar, no tienen un lenguaje afectado y plagado de ceremonia como los franceses". Así le escribía a su madre el compositor ruso Mikhail Ivanovich Glinka en el verano de 1845, desde Valladolid, adonde había llegado a parar luego de una estadía de nueve meses en París, donde, no obstante su desencanto con los parisinos, su colega Hector Berlioz había dirigido extractos de sus obras y publicado sobre él un elogioso artículo. Pero los franceses no terminaban de gustarle y por eso había arrancado a España.

Mikhail Glinka (1804 - 1857)
alrededor de 1840
Valladolid
El compositor frisaba los 41 y hacía tres años que una de sus obras en la que había puesto todo su empeño, su segunda ópera, Russlan y Ludmila, había recibido una fría acogida en San Petersburgo. En 1845, todavía impactado por el rechazo decidió abandonar Rusia y emprender una gira de conciertos por algunas ciudades europeas con la intención de conocer y nutrirse de las tradiciones musicales principalmente francesa y española. Así, pues, en el verano de ese año se encontraba en Valladolid, animoso y encantado de conocer a sus gentes.

Una jota aragonesa
En ese acogedor ambiente logró conocer a un comerciante local, Félix Castilla, quien era, además, un excelente guitarrista. Una tarde, Castilla tocó para él una danza folklórica tradicional, una jota aragonesa. Era lo que Glinka andaba buscando. La melodía se transformó en la base de una de sus obras más populares. Con el título de Capricho brillante sobre la jota aragonesa, comenzó a escribirla en Madrid, adonde se trasladó más tarde y donde la dio por terminada a fines de 1845.

Capricho brillante sobre la jota aragonesa - Obertura española N° 1
A pesar del interés de Glinka por que las audiencias de España pudieran apreciar su intento por integrar el sonido español a la tradición musical occidental, la obra no se estrenó en España sino en Varsovia tres años más tarde, en 1848.
También conocida como Obertura española N° 1 (siendo la N° 2, la algo menos célebre Noche de verano en Madrid, de 1851), se presenta aquí en dos versiones.
La primera, una versión reducida coreografiada, bailada por el Igor Moiseyev Ballet de Moscú, con ocasión del centenario del nacimiento del gran coreógrafo y danzarín ruso Igor Moiseyev (1906 - 2007).



Versión original completa. La orquestación de Glinka se muestra aquí notable por el amplio uso de colores orquestales múltiples. Con un buen número de combinaciones instrumentales es capaz de producir un sonido exuberante y pleno. Y cuando se requiere, recurre al arpa y las cuerdas en pizzicato para imitar el sonido de la guitarra.
La versión es de la Zhukovsky Symphony Orchestra, conducida por Vladislav Ivanovskyi.



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martes, 2 de diciembre de 2014

Manuel de Falla: El amor brujo, suite



Tal era el entusiasmo de Manuel María de los Dolores de Falla y Matheu por posar sus pies en la tierra prometida de París, allá por 1904, que se atrevió a participar simultáneamente en dos concursos de habilidades musicales mientras se encontraba en Madrid luego de que su familia se trasladara allí desde su natal Cádiz.
Uno de ellos convocaba a pianistas, con un primer premio consistente en un instrumento donado por la casa constructora de pianos que organizaba el concurso. En el otro, debía concursar con una obra sinfónica o una ópera, cuyos derechos de autor, si ganaba, le permitirían viajar a la Ciudad Luz.

Manuel de Falla (1876 - 1946)
Doble vencedor
Manuel de Falla ganó ambos concursos. Pero el que más anhelaba, en el que resultó vencedor con la opereta La vida breve, resultó un fiasco. La ambigua redacción del contrato no aseguraba para nada que la pieza iba a ser representada, a todo evento. Y simplemente no hubo teatro que se arriesgara con un compositor novel.

De gira
Falla superó la frustración integrándose como pianista a una compañía de mimos que se aprestaba a realizar una gira por Francia, Bélgica, Suiza y algunas ciudades alemanas. Así, el compositor se encontró en París en 1907, al mismo tiempo que su paisano Albéniz, que trabajaba con ahínco en la suite Iberia, mientras Debussy escribía el tríptico Imágenes, y Ravel se afanaba en la Rapsodia Española.

"El amor brujo"
Tras estallar la guerra, en 1914, Falla regresó a Madrid. Y lo primero que hizo fue aceptar el encargo de una artista gitana, Pastora Imperio, quien le solicitó que compusiera para ella algo tan sencillo como "una canción y bailes". Falla respondió con una "gitanería" en dos escenas para pequeño conjunto orquestal, que cuenta la historia de una muchacha gitana que reconquista a un amante indiferente con la magia del amor; la historia termina felizmente. No sucedió así con la "gitanería". Estrenada en el Teatro de Lara, de Madrid, en abril de 1915, con el título de "El amor brujo", la obra no gustó nada.

Versiones y arreglos - Danza ritual del fuego
En vista del fracaso, al año siguiente Falla reescribió la obra para orquesta sinfónica, dividiéndola en dos cuadros y agregando tres canciones para mezzo-soprano. A fines de 1930, tomó cuatro piezas de la "gitanería" original y las convirtió en una suite para piano. Pero antes, en 1924, había hecho el arreglo que ha llegado hasta nuestros días. Es la versión de ballet, un "ballet-pantomima" de un solo acto, que resultó la más exitosa de todas y la que comúnmente se escucha en las salas de concierto como pieza orquestal, conformada por trece piezas, entre ellas la popular "Danza ritual del fuego", que se escucha a partir del minuto 09:40 en la versión de la agrupación Radio Kamer Filharmonie, dirigida por el conductor español Alejo Perez.


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lunes, 1 de diciembre de 2014

Antonin Dvorak: Concierto para violín



Herr Professor Joachim, un violinista censor
Una celebridad de su tiempo, el compositor, profesor, director y brillante violinista Joseph Joachim no dudaba un momento en enviar de regreso, "corregidas", las obras para violín que compositores más jóvenes le enviaban reverentemente dedicadas, a fin de solicitar su parecer y atender a sus inapreciables consejos. El maestro, consciente de su valía, no se limitaba a revisar las partes solistas sino también emitía opinión sobre la estructura de la obra y su orquestación.

Joachim, Bruch y Brahms
Así había acontecido con el concierto en sol menor de Max Bruch, en 1865, y más tarde, con el concierto en re menor de Brahms, de 1878. Ambos –Bruch algo más obsecuente que Brahms– obedecieron sin chistar e incorporaron, obsequiosamente, sus indicaciones. Sus obras fueron estrenadas por Joachim y publicadas con la dedicatoria perfectamente destacada.
No fue el caso de Antonin Dvorak, quien se demoró dos años en responder a las modificaciones que Herr Professor Joachim sugirió para el Concierto en la menor que Dvorak le enviara, respetuosamente, en 1879.

Antonin Dvorak (1841 - 1904)
Dvorak y Joachim
Se habían conocido el año anterior. Luego del encuentro, Dvorak comenzó a trabajar en una obra para violín pensada para Joachim. Tal como había sucedido con el concierto para violín de Beethoven que Joachim prácticamente redescubrió en 1844 y de ahí en adelante convirtió en la reconocida pieza de nuestros días, Dvorak dudaba de que existiera otro violinista capaz de revelar ante la escena musical europea una obra con tal eficacia.

Los reparos de Joachim
Joachim había mostrado interés en estrenar la obra. Que lo haría encantado, dijo, pero a renglón seguido agregó que así tal como estaba, el público de seguro la encontraría un poco tosca, "especialmente por el acompañamiento orquestal, que parece algo denso". Esperó la respuesta durante dos años, al cabo de los cuales Joachim invitó al compositor a un estreno privado en la escuela de música que dirigía, y allí, en compañía del editor de Dvorak, exigió un poco más, aupado esta vez por el editor, que se sumó a las críticas.

Estreno, con Joachim ausente
Dvorak, ligeramente exasperado, solicitó que la obra se publicara inmediatamente, a lo que el editor finalmente terminó por acceder. La dedicatoria a Joachim se mantuvo pero para el estreno hubo que ubicar a otro violinista, quien la dio a conocer en Praga en octubre de 1883. Y aunque al poco tiempo la obra era tan popular como el concierto de Beethoven, Herr Professor Joachim nunca se allanó a tocarla.


Concierto en la menor opus 53 - Movimientos
02:00   Allegro ma non troppo  A su término, conecta sin pausa con el segundo movimiento.
12:14  Adagio ma non troppo 
23:22  Allegro giocosoma non troppo  Un homenaje a la herencia musical checa del compositor.

La versión es de la violinista alemana (y también pianista) Julia Fischer acompañada por la Tonhalle Orchestra Zurich, dirigida por David Zinman, con ocasión de los BBC Proms de este año 2014. Como encore, Julia Fischer nos obsequia el tercer movimiento de la sonata en Sol menor de Paul Hindemith.

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