martes, 27 de agosto de 2013

Chopin en Londres, 1837 - Scherzo N° 2


Londres. Apertura del New London Bridge, agosto de 1831

A principios de julio de 1837, Frédéric Chopin se mantenía expectante en París ante la perspectiva de unirse a la familia Wodzinsky y pasar las vacaciones con ellos. Era la ocasión para reencontrarse con su prometida, Maria Wodzinska, y formalizar entonces una relación que por el momento presentaba un tibio aspecto pues la madre de María, si bien apoyaba la unión, debía aún indagar qué pensaba su esposo de todo el asunto.
Como sabemos, la invitación a irse de vacaciones juntos no llegó nunca. Pero Frédéric, a comienzos de ese verano, todavía no se ha enterado.

A Londres, de paseo
Por eso, cuando su amigo el pianista y fabricante de pianos Camille Pleyel le invitó a que lo acompañara a Londres en un corto viaje de negocios, Frédéric aceptó encantado y un par de días después cruzaba el canal hecho unas pascuas. Allá se les unió un amigo de la infancia de Chopin, un polaco de apellido Kozmian, y a quien Julian Fontana, el factótum de Chopin, había encargado el cuidado del compositor durante su estadía en la isla.

El polaco Kozmian, anfitrión y cicerone ejemplar, cumplió a cabalidad el encargo. Días espléndidos pasaron los tres amigos en Londres, visitando durante el día los sitios importantes y los lugares de moda, y asistiendo por las noches a las representaciones que tenían lugar en Covent Garden.

Firmando contratos
Pero no todo fue diversión. A los pocos días de haber llegado, Chopin firmó un contrato para la publicación de los doce Estudios del opus 25 con el editor Rudolf Wessel, después de haber encantado con su música al fabricante de pianos londinense James Broadwood, en otro tiempo proveedor de instrumentos para Beethoven. Todo un acierto el viaje.

Chopin está feliz. Y así lo hace saber a Julian Fontana, al describirle en el tono desenfadado de un colegial, sus impresiones de Londres y los londinenses:
...Aquí resulta muy fácil divertirse razonablemente siempre que uno no se quede mucho tiempo. ¡Cuántas cosas enormes! Urinarios grandiosos, donde sin embargo no hay lugar para hacer pipí [...]. Aquí todo es extraordinario y sin embargo, uniforme; todos son educados, todo está lavado y relavado, y no obstante todo es negro como el c... de un caballero. Te beso en las dos mejillas.
Al regreso, una carta
Regresa a París el 22 de julio. Lo espera una carta, de la madre de Maria. Muy cariñosa, aunque no contiene una sola palabra sobre el confuso compromiso. Es más, los Wodzinsky no se moverán de su residencia habitual. Ese año no saldrán de vacaciones.
Chopin pasa el resto del verano en un París desierto, pensando en su pena.
Pero el próximo año todo será muy distinto. ¿Por qué tiene que sufrir por una muchachita de diecisiete años? George Sand, mujer sabia, escritora y madre de dos hijos, se hace la misma pregunta, y en octubre de 1838 se llevará al músico de paseo, a Mallorca.


Scherzo N° 2, en si bemol menor, Opus 31
Dedicado a su joven alumna, la condesa Adéle von Fürstenstein, el Scherzo N° 2 fue comenzado en junio de 1837 y terminado al año siguiente, probablemente en Mallorca.
Como todos los scherzos de Chopin, está escrito en compás de 3/4, y presenta una estructura ternaria: dos temas y vuelta al primer tema.

Comienza con unos motivos interrogadores en los bajos (a los que Chopin concedía la mayor importancia del mundo), respondidos explosivamente por triunfantes acordes en los agudos para enlazar en 0:50 con un motivo lírico. En el minuto 2:57 aparece el segundo tema más tranquilo, que luego de su exposición y un desarrollo más o menos atrevido conducirá a la repetición del primer primer tema en 7:10, sin variaciones, salvo que en 8:30 comenzará una briosa coda que va a desembocar en un final espectacular.

La versión es del pianista chino Shen Cai (producido como Beethoven a los 30 años) en una presentación muy reciente, el 15 de agosto de este año, con ocasión del cumpleaños del autor de este blog.

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miércoles, 14 de agosto de 2013

Chopin: Nocturno Op 9 N° 1



Chopin agrupó sus tres primeros nocturnos en el Opus 9. Fueron compuestos probablemente alrededor de 1831 y publicados dos años más tarde, en París. Sin embargo, no se trata de sus primeras composiciones en el estilo de la forma inventada por el dublinés John Field –aquel "precioso pero vacío marco" según el pianista y musicólogo Alfred Cortot, al que Chopin le sumará alma, corazón y vida. Antes de 1831 ya había compuesto unos cuantos pero no fueron publicados sino hasta después de su muerte, luego que su amigo y factótum Julian Fontana no hiciera caso del encargo solemne de echarlos al fuego, ingresando por ello al catálogo en la categoría de "opus póstumo".

El amigo Pleyel
Los nocturnos del opus 9, entonces, fueron solo los primeros en publicarse. Están dedicados "a la señora Pleyel". Se entiende que se trata de la excelente pianista y esposa de su amigo, genial fabricante de pianos y también pianista, Camille Pleyel, el mismo que enviará a Chopin un "pianino" ni más ni menos que a Mallorca, para que Frédérik pueda sobreponerse a las inclemencias del ánimo y del clima durante la desafortunada estadía en Valldemosa, en compañía de la Sand y sus hijos, el invierno de 1838-39.

Camille Pleyel (1788 - 1855)
Pianos para Chopin
No es la primera vez que Camille Pleyel regala un piano a Chopin. Arribado a París hace apenas un año y poco más, Frédérik se ha mudado a su segunda residencia en París y está instalado en una casita de dos pisos en el número 4 de la rue Cité Bergère. Para el gran salón (es un decir porque no es muy amplio) el amigo Pleyel ha aportado un gran piano de concierto. Y para el dormitorio, un pianino negro. Las dos habitaciones se comunican, de modo que si el talento de uno de sus alumnos desatara el entusiasmo de Frédérik, éste podría acompañarlo desde el otro piano.

La dedicatoria del opus completo a la "señora Pleyel", tres nocturnos, los primeros en publicarse, habrá sido suficiente muestra de gratitud por parte del noble Frédérik, imaginamos.



Yundi Li, destacado pianista chino –el más joven ganador (a los 18 años) del Concurso Internacional Chopin de Varsovia en el año 2000–, nos ofrece aquí una versión que bordea lo insuperable, del primer nocturno de los tres que conforman el Opus 9. 
[Agregado el 02.06.2017: Hubo que cambiar el video. Pero había que mantener la versión, extraordinaria de Yundi Li, así que el video incluye también el segundo de la serie, el Nocturno en mi bemol, el más célebre, cuya reseña se encuentra aquí, y el op 48 No 1, acá junto al entorno "chopiniano" de la época de su composición].

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lunes, 12 de agosto de 2013

Mozart: Così fan tutte - "Soave sia il vento"



Dos jóvenes oficiales, sentados en un café, se ufanan contándose uno al otro cuán fieles son sus respectivas prometidas, Fiordiligi y Dorabella. Un amigo curtido en amores, Don Alfonso, se les une y ante lo que considera un acto de extrema ingenuidad de parte de los jóvenes, les propone un juego: que hagan creer a sus novias que han sido llamados a la guerra, que se presenten luego de incógnitos e intenten enamorar a la novia del otro. Don Alfonso asegura que en menos de veinticuatro horas Fiordiligi y Dorabella serán seducidas por el amigo de su verdadero novio.

Così fan tute, ópera bufa
Así comienza el primer acto de la ópera bufa Così fan tutte, de Wolfgang Amadeus Mozart, compuesta en 1789 y estrenada en enero de 1790, un año antes de la muerte del compositor (si bien todavía tendrá tiempo para componer su obra maestra en el campo de la ópera: La Flauta Mágica). La obra tenía todo para encantar a los vieneses, tanto a los más refinados como a los más frívolos. Y por ello fue muy bien acogida, pero lamentablemente, a raíz de la muerte del emperador José II un mes después del estreno, sus representaciones debieron ser suspendidas. Según la costumbre, el luto nacional implicaba el cierre de todos los teatros.


La obra alcanzó a representarse en cinco oportunidades y cuando volvió a escena, en junio de ese año, otras obras ocupaban la cartelera y el público ya había comenzado a olvidarla. Durante el resto del año, la ópera se presentó sólo cinco veces.

Maria Teresa, otra vez
Mozart murió al año siguiente, sin que volviera a ver su obra representada en los escenarios de Viena. Algo tuvo que ver en ello, quizá, Leopoldo II –hermano y sucesor de José–, quien nunca le tuvo especial simpatía a Wolfgang, influido probablemente por la inquina que su desaparecida madre, María Teresa de Austria, le tenía a la familia de "músicos vagabundos" como alguna vez llamó a los Mozart.

Y como Dios castiga pero no a palos, más aún, hasta puede ser benévolo, Leopoldo abandonó este mundo en 1792 –probablemente envenenado–, sin llegar a enterarse de que a su hermana María Antonieta, unos revoltosos franceses le van a cortar la cabeza al año siguiente.

Terceto Soave sia il vento. Don Alfonso anuncia a las mujeres la mala nueva: sus enamorados habrán de partir hoy mismo a combatir. Los oficiales se despiden, acongojados. Mientras observan que el barco se aleja con ellos, las chicas, junto al chancero Alfonso, los despiden deseándoles que "el viento les sea benigno".

 
Festival de Glyndebourne, 2006. Las chicas: Fiordiligi, la soprano sueca Miah Persson; Dorabella, la mezzo soprano alemana Anke Vondung. Don Alfonso: Nicolas Rivenq.


Teatro La Fenice, 2011. Puesta en escena no tradicional. Las chicas: Maria Bengtsson y José Maria Lo Monaco. Don Alfonso: Andrea Concetti.

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miércoles, 7 de agosto de 2013

Ignacio Cervantes: Danzas Cubanas



A diferencia de Debussy, Bizet o Gounod, el compositor cubano Ignacio Cervantes no pudo acceder al Premio de Roma mientras fue alumno del Conservatorio de París entre los años 1866 y 1870, debido a su condición de extranjero. Pero ello no impidió que el primer año de su estadía se hiciese con el Primer Premio en interpretación en piano, y dos años después, con el Primer Premio de armonía.

De La Habana a París
Nacido en La Habana en 1847, dio sus primeros pasos en la música de la mano de su padre pianista para proseguir estudios más tarde con otros tutores. La visita a Cuba por esos años de quien hasta ese momento era el único pianista norteamericano reconocido internacionalmente, Louis Moreau Gottschalk, fue providencial para que la familia decidiera que el joven Ignacio de diecinueve años debía terminar su formación en Europa, más precisamente, en el Conservatorio de París.

Ignacio Cervantes (1847 - 1905)
Un pianista formado en París
Luego de cuatro años de estadía en la prestigiosa institución, regresó a La Habana en 1870 cubierto de honores pues aparte de los premios ya anotados, había logrado un reconocimiento no menor entre renombrados colegas de la talla de Rossini, Liszt y Gounod. El prometedor estudiante cubano regresaba formado como Ignacio Fernández, concertista en piano, con estudios en París.

Conciertos a beneficio... de la revolución
Y como a su regreso se encontró con que su patria ya llevaba dos años enfrascada en la primera guerra de independencia con España, decidió hacer su aporte revolucionario desde la trinchera del arte, ofreciendo conciertos por toda la Isla, cuyos beneficios iban a parar a las manos de los revoltosos.
No pasó mucho tiempo antes de que las autoridades españolas se percataran de la triquiñuela. Fernández, junto con un reconocido violinista, fueron expulsados de Cuba en 1876.
(La insurrección fracasó y la independencia cubana tuvo que esperar más de veinte años, hasta que en 1898, con la ayuda de ¡quién lo iba a decir! EEUU, las tropas cubano-estadounidenses consiguieron la rendición incondicional del ejército español.)

Cinco danzas cubanas
Fernández compuso una ópera, Maledetto, y varias obras de cámara y zarzuelas, pero hoy es recordado principalmente por su obra para piano, en la que sobresalen sus populares 45 Danzas Cubanas, cinco de las cuales nos ofrece aquí la graciosa pianista cubano-canadiense Beatriz Boizán, quien, al igual que la japonesa Mitsuko Uchida, también hace morisquetas, pero encantadoras.

0:07 Invitación / 2:05 Ilusiones perdidas / 3:26 La encantadora / 4:44 Adiós a Cuba / 6:42 Improvisada


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