lunes, 29 de abril de 2013

Tchaikovski: Obertura 1812 / Swingle Singers




Tras la desintegración de su nefasto matrimonio con Antonina Miliukova, Piotr Ilich Tchaikovski abandonó Moscú y se dedicó a viajar para mejorar su ánimo. Finalmente, se estableció en la localidad de Kamenska, luego de presentar la dimisión a su puesto en el Conservatorio de Moscú. En la relativa paz de la pequeña villa se dedicó a escribir, siguiendo su máxima de "no pasar dos días sin trabajar". Lo interrumpió la recepción de una nota de su amigo Nikolai Rubinstein, co-fundador del Conservatorio, quien le rogaba que escribiera una pieza de ocasión para un acto solemne que se celebraría dentro de poco en Moscú.

El acto consistía en la consagración de la iglesia erigida en memoria de la campaña napoleónica en Rusia y la desastrosa retirada de los ejércitos franceses. La primera ejecución de la obra debía tener lugar al aire libre, en la plaza, delante de la iglesia. Y la composición, en su segunda parte, debía incluir el tronar de cañones, y terminar con un festivo resonar de campanas de la iglesia.

Piotr Ilich Tchaikovski (1840 - 1893)
En seis semanas de 1880, Piotr Ilich cumplió el encargo escribiendo acaso una de sus obras orquestales más populares, la Obertura 1812, pese a no estar muy persuadido de su valor artístico: "No sé si mi obertura es buena o mala, pero tiendo a pensar más bien en lo primero que en lo segundo", escribió a un amigo.

La obra comienza con una plegaria por la liberación de la patria de manos del enemigo. Luego se desencadena la batalla. Se oyen las notas de la Marsellesa. La plegaria inicial por fin prevalece, anunciando la victoria. Tronan los cañones. En el rutilante triunfo final resuenan festivamente las campanas, mientras irrumpe desde lo más profundo, con exaltación, el himno nacional ruso.

Obertura 1812 - Scat singing
Difícil habrá sido para el conjunto vocal The Swingle Singers tomar la decisión de incorporar a su repertorio una pieza de las características señaladas, imitando mediante la técnica vocal llamada scat singing los timbres de una orquesta sinfónica completa, a la que hay que añadir campanas y cañones. Una reducida versión humorística de la pieza, de seis minutos de duración, facilita este logro. Sencillamente asombroso. Se recomienda escuchar con parlantes, o audífonos (ambas versiones).



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