martes, 28 de junio de 2011

Chopin: Nocturno en Re bemol


Monumento a Chopin, en Varsovia.
(Su escala es enorme, a la izquierda hay unas personas sentadas en un banco)

En compañía del autor de I Puritani, Vincenzo Bellini, con quien había hecho amistad y al que admiraba profundamente, Frédéric Chopin viajó en julio de 1835 a la localidad de Enghien, al norte de Francia, a "tomar los baños", obligación que la enfermedad imponía a todo tuberculoso, o a todo aquel que iba en camino de serlo.

A los pocos días recibió allí una carta de sus padres, en que le anunciaban su próxima llegada a Karlsbad, distante unos tres días de viaje. Chopin no veía a Nicolás y a su madre desde que había abandonado Varsovia, en dirección a Viena, hacia cinco años. Y habían sido precisamente sus padres quienes le habian sugerido que no regresara a Polonia, luego que Varsovia capitulara ante el avance de las tropas rusas, el 8 de septiembre de 1831.

La familia Chopin, en Karlsbad
Con pocas horas de diferencia, Frédéric y sus padres llegan a Karlsbad el mismo día, el 16 de agosto de 1835. Serán tres semanas de desbordante alegría y exaltación afectiva. Chopin padre garabatea un par de notas a sus hijas, que se han quedado en Varsovia, relatándoles la dicha. Frédéric decide agregar una posdata para sus hermanas:
"Nuestra alegría es inexpresable. Nos abrazamos y seguimos abrazándonos... Paseamos, tomamos a vuestra madre del brazo, hablamos de vosotras, bebemos, comemos juntos, bromeamos. Me siento colmado de gozo."
La estancia llega a su fin y los padres deben emprender el regreso a Varsovia. Ni ellos ni Frédéric lo saben, pero éste es el adiós definitivo. No volverán a verse.

Poco después de la despedida, Frédéric enrumbó a París y en el camino se detuvo en Dresde, a pasar unos días con la familia Wodzinsky. Allí estaban sus amigos de infancia, los niños Wodzinsky, y entre ellos, la joven Maria.
Pasa una semana con ellos y todo va de maravillas. Los tres hermanos varones no ven con malos ojos que su antiguo compañero de juegos y ahora pianista talentoso y refinado artista, pueda desposar en un futuro no lejano a su hermana Maria.
Ha sido el año de los afectos. A mediados de octubre Frédéric está de vuelta en París, dichoso.

Nocturno Op. 27 N° 2
Los dos nocturnos del opus 27 fueron compuestos en 1835, en París, probablemente antes del viaje a Karlsbad. El más conocido y apreciado por el público es el N° 2, que escuchamos aquí en versión de la pianista rusa Yulianna Avdeeva.
En mi modestísima opinión, este nocturno probablemente sea el único que pueda iniciarse y mantener su sencilla belleza sin necesidad de cambio armónico durante cuatro compases y algo más. En los primeros 25 segundos los arpegios de la mano izquierda no abandonan el acorde de re bemol mayor.


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2 comentarios :

  1. ¡Qué belleza, Daguito! Chopin me llega al alma. Gracias infinitas por tu blog. Cuídate y mejórate. Besos miles...

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    1. Respuesta súper tardía. Parece que hubo un tiempo en que no me llegaban los comentarios al correo. Muchas gracias por tu comentario. En todo caso, el que estaba enfermo era Chopin, creo.

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